Siempre he buscado la manera analógica para traducir mis pensamientos, creencias y sentimientos, siempre he buscado decir de otra manera lo que quiero decir para salir de la rutina mental del día a día, y hoy, buscando adjetivos, sinónimos y frases célebres, me encuentro en la inopia, ya que lo que siento es tan simple, tan humilde, tan natural, que no hay palabras rebuscadas para decirlo, y aunque caiga en lo simplista y poco original, aunque estas palabras las roben y las pongan en esos pergaminos que se venden en las ferias artesanales los 14 de febreros, aunque mis palabras se conviertan en una cadena de Internet que si no se pasa a quince contactos les caerá una maldición de mil años y pobreza extrema, aunque estas palabras se codeen con la lírica de Castro y Fonsí, aunque me apunten en la calle y murmuren entre cómplices risitas, te diré lo que siento sin adornos, ni palabras rebuscadas, ni adjetivos nóveles:
Alejandra, te quiero tanto que, un futuro condenadamente negro me espera si no estás de mi mano con la luz que da tu sonrisa.
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