EL SACRO CRITERIO DEL PROFESOR
¿Se han fijado ustedes en el empleo abusivo que hacen los profesores del famoso “criterio del profesor”? ¿Quién no ha suspendido tras una rigurosa aplicación del “criterio del profesor”? ¿Quién ha oído más de una vez la misma definición de este “criterio” del “profesor”?
La conclusión que se puede obtener como resultado de escuchar las versiones de cada profesor sería que el profesor puede usar su criterio personal a la hora de calificar al alumno y decidir evaluar al alumno con una nota distinta a la de su examen. Sin embargo, por ridícula que sea la legislación de la educación española, incluso un político de baja categoría (que todavía no hace una pausa entre palabra y palabra) estaría de acuerdo en que el modo de aplicar dicho criterio ha de ser argumentado. Más cercano de la legislación, es que el profesor pueda, según su propio criterio, decidir en qué proporción valora los exámenes y trabajos sobre el total, siguiendo siempre el mismo criterio para todos sus alumnos. De hecho, no cabe duda de que desde una puntuación X,5 a X+1,4; la nota que ha de pasar a expediente es de X+1. Pero en ningún momento está en las manos del profesor decidir si un 4,5 es un 4 o un 5, pues decidir que es un 4 significaría una falta que concedería al alumno el derecho de apelación. Del mismo modo, criterios como “el 10 es para Dios, el 9 para el profesor y los alumnos de 8 para abajo” son inadmisibles, pues el 10 representa el conocimiento total de la exigencia del ministerio y no del conocimiento universal. Es recomendable para el profesor, en un intento por eliminar toda injusticia, que realice un plan de evaluación en el que especifique la valoración del aprendizaje de los alumnos y que, si es tan amable, comunique su criterio a los discentes.
¿Cómo es posible que, de repente, según tu criterio un 4,7 sea un 4?, ¿Cómo es que en un mismo día hables de las notas de tus alumnos sin conocerlas y sin usar tu precioso cuaderno?, ¿Sólo miras tus botas? ¿Hubieras aprobado a quienes en efecto han aprobado si no te hubieran recordado que lo han hecho? Nunca dejaste de tener sus notas apuntadas en tu frente, para no verlas nunca.
¿Cómo entras cada hora en una clase mirando hacia abajo sin darte cuenta de que solamente hay una razón para tal situación? Ellos están sentados y tú de pie. ¿Crees que alguien no sabe subrayar? ¿Crees que alguien necesita saber que cometiste la irresponsabilidad de dedicarte a la enseñanza de una materia que tú mismo no amas? Allá tu conciencia, allá su preparación.
Siempre creí que no haría falta explicar que el profesor influye en sus alumnos, es la primera influencia en la materia que imparte, el profesor es el albañil que pone los cimientos. En muchos casos es la única influencia hasta que el alumno asiste a las clases de otro profesor en una enseñanza superior o hasta que, habiendo incluso abandonado la materia como asignatura, decide hacerse autodidacta y cae en la cuenta: “Espera, me han dicho que el estudio de la historia sirve para comprender el presente, pero lo que me han enseñado no me explica nada”, “Hey, ¡pero si las matemáticas tienen su significado!, “Un momento, entonces, ¿ninguna de las teorías sobre la empresa que hemos estudiado es infalible? Nunca me dijeron cuándo puedo aplicarla y cuándo no”, “¿Qué, que el filósofo piensa?”, “O sea, vamos a ver, pero bueno, o sea, resulta que ¿la química va más allá de las fórmulas?”, “Oye, pero si he leído un libro magnífico y no es español”…
Y es que es evidente que, al igual que una persona que no entiende el fondo de una disciplina no la puede enseñar, una persona que no ama no puede expandir amor, no puede dar a conocer belleza. ¿No te gusta la historia?, ¿Acaso pretendías dar solamente clase a cinco alumnos al año? ¿Cómo se puede dormir con la conciencia tranquila cuando se está expandiendo odio? Basta con que el profesor no ame la materia para que el alumno la odie, ¿quién podría simpatizar con la verdadera materia si no le es dada? El alumno, con su fe ciega, confía en que el profesor está cumpliendo con su deber y llega a creer que la disciplina impartida es, en efecto, tan limitada, inútil y aburrida como se le presenta.
Al salir del bachillerato, el filósofo (como poseedor de eros) choca con la realidad, mientras que la mayoría de los alumnos caminan a ciegas por su caverna, aceptando la falsa realidad que les es dada.
En vista de los resultados que me dio la experiencia inmediata, decidí investigar si la teoría era tan contradictoria. No lo es.
DECRETO 74/2004, DE 22 DE ABRIL, DEL CONSEJO DE GOBIERNO, POR EL QUE SE ESTABLECE PARA LA COMUNIDAD DE MADRID EL CURRÍCULO DEL BACHILLERATO SEGÚN LA ORDENACIÓN REGULADA EN LA LEY ORGÁNICA 10/2002, DE 23 DE DICIEMBRE, DE CALIDAD DE LA EDUCACIÓN
Artículo 3.
Principios generales y finalidades del Bachillerato.
1. El Bachillerato constituye una etapa de la Educación Secundaria y comprenderá dos cursos académicos.
2. El Bachillerato se desarrollará en modalidades diferentes que proporcionarán a los alumnos una preparación especializada para su incorporación a estudios posteriores y para la inserción laboral.
3. Las finalidades del Bachillerato son proporcionar a los alumnos una educación y formación integral, intelectual y humana, así como los conocimientos y habilidades que les permitan desempeñar sus funciones sociales y laborales con responsabilidad y competencia. Asimismo, los capacitará para acceder a la Formación Profesional de grado superior y a los estudios universitarios.
Artículo 5.
Objetivos.
Los alumnos deberán desarrollar a lo largo del Bachillerato las siguientes capacidades:
a) Consolidar una sensibilidad ciudadana y una conciencia cívica responsable, inspirada por los valores de las sociedades democráticas y los derechos humanos, y comprometida con ellos.
b) Afianzar la iniciativa personal, así como los hábitos de lectura, estudio y disciplina, como condiciones necesarias para el eficaz aprovechamiento del aprendizaje, y como medio de desarrollo personal.
c) Conocer, desde una perspectiva universal y plural, las realidades del mundo contemporáneo, sus antecedentes históricos y los principales factores de su evolución.
d) Dominar las habilidades básicas propias de la modalidad de Bachillerato escogida.
e) Trabajar de forma sistemática y con discernimiento sobre criterios propios y ajenos y fuentes de información distintas, a fin de plantear y de resolver adecuadamente los problemas propios de los diversos campos del conocimiento y de la experiencia.
f) Comprender los elementos y procedimientos fundamentales de la investigación y de los métodos científicos en cada disciplina.
g) Conocer y saber usar, tanto en su expresión oral como en la escrita, la riqueza y las posibilidades expresivas de la lengua castellana, así como la literatura y la lectura y el análisis de las obras literarias más significativas.
h) Expresarse con fluidez en una o más lenguas extranjeras.
i) Profundizar en el conocimiento y en el uso habitual de las tecnologías de la información y de la comunicación para el aprendizaje.
j) Afianzar el espíritu emprendedor con actitudes de creatividad, flexibilidad, iniciativa, confianza en uno mismo, sentido crítico, trabajo en equipo y espíritu innovador.
k) Desarrollar la sensibilidad artística y el criterio estético, como fuentes de formación y enriquecimiento cultural.
l) Consolidar la práctica del deporte.
m) Conocer y valorar de forma crítica la contribución de la ciencia y la tecnología para el cambio de las condiciones de vida, así como afianzar la sensibilidad y el respeto hacia el medio ambiente.
n) Desarrollar la sensibilidad hacia las diversas formas de voluntariado que mejoren el entorno social, especialmente el desarrollado por los jóvenes.
La triste realidad con que me encontré es que disponemos de un plan deprimentemente ambiguo, pero en ningún momento incorrecto. Al profundizar en mi investigación me encontré con importantes vacíos administrativos, pero eso no viene al caso. Lo que ahora nos interesa es estudiar la aplicación del decreto publicado.
Artículo 3.
3. En cuanto a la “educación y formación integral, intelectual y humana”, conviene plantearnos si la educación se acerca más a este ideal o al concepto de alienación.
Uno de los propósitos del bachillerato es crear una conciencia social, sin embargo, a menudo los profesores optan por saltarse las pocas páginas que dedican los libros a este asunto porque no les parece importante.
Artículo 5.
a) ¡Felicidades! He de admitir que los profesionales de la enseñanza cumplís con lo de “valores de las sociedades democráticas”, entiendo que se refiere a “conformarse con un sistema aunque sea malo, porque, al menos, no es el peor”.
b) “Iniciativa personal, hábitos de lectura, desarrollo personal”. No se atreva el ingenuo alumno a pedir a su maestro el título de algún libro que le ayude en sus estudios o que le ayude a conocer más; si no lo ha mencionado en la primera clase, lo más probable es que no conozca ninguno, o quizá, el que usaba años atrás, antes de la última reforma educacional.
Me gustaría daros las gracias a los profesores que entendéis que el material escolar no es óptimo, que su ventaja principal es que cumple con el programa oficial; nunca un autor reconocido escribe un “libro de texto” (de esos con poco texto).
Aprovecho estas líneas para rebatir una de vuestras frases favoritas: “Chicos, que estáis en bachillerato, ya no cuenta vuestra opinión, ahora lo que tenéis que hacer es aprenderos lo que viene en el programa”. Entonces, seguro que el decreto está mal, debe de haber un error en el decreto, porque habla de desarrollo personal.
g) Expresión oral: eco, eco…
j) Este apartado menciona el “espíritu emprendedor con actitudes de creatividad”. Yo tengo sólo dos profesores que respetan este apartado que, a mi juicio, es de suma importancia porque ¿qué es un químico que redescubre que el átomo es divisible?, ¿qué es del lingüista que redescubre una clasificación para los pronombres?, ¿qué es el filósofo que vuelve a traducir a Aristóteles? Todos acabarán dedicándose a publicar libros de texto.
k) Sensibilidad artística y criterio estético… No, no puedes entender el arte si nunca has pintado un cuadro.
n) Es lógico que no nos ayuden a desarrollar la sensibilidad hacia diversas formas de voluntariado si no se ha prestado atención a los pasos anteriores, al fin y al cabo, pocos lo hacen. Otro punto para los nórdicos.
Sé que es muy difícil cumplir con todo lo mencionado, pero como persona comprensiva que soy, he decidido incluir el artículo 14, que se podría entender como la síntesis de las metas principales que vosotros, los profesores, nos debéis ayudar a toda costa a alcanzar.
Artículo 14.
Educación en valores.
1. En el desarrollo del currículo será objeto de atención especial la formación en valores, tanto personales como sociales, que capaciten a los alumnos para la convivencia democrática y fomenten el respeto a los derechos humanos.
2. De acuerdo con lo expresado en el apartado anterior, a través del desarrollo de los contenidos de las distintas asignaturas deberá transmitirse al alumnado un sistema de valores, morales y cívicos, que favorezca la responsabilidad social, promoviendo actitudes democráticas de convivencia, de respeto a los derechos humanos, de solidaridad y cooperación, pluralismo, tolerancia, y de igualdad de oportunidades tanto en hombres y mujeres como para aquellos que parten de un entorno más desfavorable.
3. Dicho sistema de valores deberá, asimismo, favorecer la libertad personal y transmitir actitudes que promuevan la autoestima, la responsabilidad, la creatividad, la iniciativa personal y el espíritu emprendedor, el esfuerzo y la exigencia personal.
¿Cómo puedes presumir de la dificultad de un examen cuando nadie duda que un 5 tiene que representar el conocimiento mínimo exigido por el plan de estudios – por el centro en su defecto- y no por tu persona? ¿Has enseñado a otros profesores a hacer exámenes? Marx también se ocupó de expandir sus teorías.
¿Cómo es que no sacas tu precioso cuaderno de notas para despacharte un negativo cada vez que llegas al aula sin la clase preparada? O mejor aún, puestos de acuerdo en que las notas son el salario del alumno: si el no hacer los deberes afecta a su nota, se evidencia de donde habrá que tirar cada vez que el profesor no haga los suyos.
¿Te “duele la cabeza”? Yo tampoco sabría aguantarte toda una vida. ¿”No (te) apetece dar clase”? Eso es porque has hecho de la enseñanza un “trivial” en el que se trata de averiguar qué hay detrás de cada carta. ¿”Debería estar prohibido dar clase de historia a las ocho de la mañana”? Te debería estar prohibido dar clase. Imagínate un límite de velocidad del que depende el éxito de tus alumnos, ese tiempo residual que te sirve para tener a tus esclavos corrigiendo lo que deberías haber corregido tú podría dedicarse a la enseñanza (ése es tu trabajo, ¿no?), bastante tienes con restarle tiempo con exámenes. |