Hoy he visto perplejo
como las nubes escarlata
acariciaron el cielo estrellado,
en la penumbra...
en la penumbra de un amanecer
mancillado por las luces urbanas
que poco a poco van desapareciendo,
estan siendo aniquiladas
por la preciosa luz del día
y junto a ellas, otras almas
abren sus ojos para comenzar
mientras otras, más nuestras
recién comienzan el viaje.

Los ojos marchitos se entumecen,
ceden ante la desdicha del corazón
ante los bostezos rebeldes
que claman por acción inmediata
ante tal avalancha de respiros,
ante tal reclamo de los sueños
que ansiosos esperan
por esclavizar las mentes
obligarlas a vivir en libertad
ante la inconsciencia de sus actos.

La luz insolente entra por mi ventana
el azul silueta se cuela entre mis persianas
algunos sonidos afectos, aves en repique
el mar, la brisa, vientos que comienzan
a relatar otra historia,
a escribir en las paredes externas
un capitulo más de la gran victoria
y la gran derrota...
suntuosa y perspicaz.
Compañeros de viaje inseparables
como la alegría y la tristeza
que hoy me llevan a un viaje
en primera clase,
al lado de la ventanilla
en el ala derecha sin duda,
para observar que la infimidad
es un concepto más que aprendido
y confirmando que nada es tan grande
pués mientras más alto vueles
mucho más pequeño sera lo observado...
y más lo que te diviertes...