No sé que hacer, he retrocedido quince años atrás y cual mancebo nací al amor...
No sé que hacer, tú eres mi sueño carne justo cuando decidí no seguirlos más y radicarme en el suelo...
No sé que hacer, no me dices que sí, pero no me frenas, no me miras con amor pero tu sonrisa me invita a viajar en ti...
No sé que hacer, la estrella y el sol me dicen ve, te espera, el ermitaño y la torre me frenan y tú templanza y tú juicio final ¿qué quieren decir?...
No sé que hacer, cuando estoy contigo ardo en ácidos que craquelan mi alma, cuanto estoy a cuarenta centímetros de ti quiero gritar, correr escapar, volar, no verte...
No sé que hacer, quiero gritarte a la cara que eres mi vida, pero a la vez quiero estar en los pantaloncitos de mi mejor amigo para ver esta historia por fuera...
No sé que hacer, si te digo lo que siento te pierdo, si no digo lo que siento me pierdo, como dice un papiro añejo y borroso que un mendigo me entregó por un vaso de vino: “me gustaría que leyeras en mis ojos las palabras que no me atrevo a decirte con mi boca”
No sé que hacer, veintidós horas al día estoy pendiente al teléfono y las otras de la puerta por si apareces como trascendente ánima...
No sé que hacer, como convencerme que una mujer como tú puede estar con un hombre como yo, alguien que sólo sus sentimientos tienen valor, ya que mis bolsillos sólo sirven para rascarme el muslo, y mi belleza mi atractivo y mi orgullo es no ser tuerto...
No sé que hacer, como decirte que tu belleza interior se toma de las manos con tu figura fémina ideal, como decirte que te pareces a mi madre...
No sé que hacer, y tengo el temor de no hacer nada o hacer todo, por favor dime, antes de besarme nuevamente, que es lo que tengo que hacer para no enamorarme, día a día, más de ti.
|