¿Qué sabré yo de locura mas que esto que me haces sentir?
¿Qué sabré yo si soy la demente cuerda que pierde los estribos de su vida por ti?
Empezaré a contarte un cuento de sutiles palabras y agridulces sensaciones, verás…
Nací allá por el 86, (otro año cualquiera, eso da igual) nací rechoncha, casi translúcida, calva, y con mancha negra en frente… un tremendo susto para una madre primeriza, pero bueno sigamos. Lacté de mi madre hasta que sus pechos decidieron abandonarme…fue ahí cuando quisieron suplirlo con un pezón de látex unido a un frasco mediano de lácteo templado…así que como no me convencía en exceso… me di al jamón, de Jabugo si fuera posible.
Fui a la guardería; por esa época ya tenia pelo, rubiajo. La mancha en frente resultó ser un lunar que aún hoy mantengo y lo de ser translúcida fue y sigue siendo una peculiaridad de mi tez. Fue una época dura aquella, me obligaban a comer sanwichs de nocilla, menuda porquería.
Cuando tenía unos 5 años era toda un niño, según mis padres “me faltaba el pito”, era malvada, corrupta y la inocencia me la dejaba en casa, incluso yo me doy miedo en esta edad, que niña mas rara oye… tiraba a los compañeros de las sillas, jugaba a la comba y daba muy fuerte a la cuerda para que hiciera función de látigo, me pegaba con los demás a todas horas, me besó un niño y le di una patada en los mismísimos, insultaba indiscriminadamente, odiaba las faldas, el rosa, los chicos y las barbies y lo peor de lo peor, sí, era fan de las Spice Girls… y así seguí hasta pasados los 10, que de años!
De los 10 a los 13 me dediqué a encerrarme en casa porque era dónde más a gusto estaba, fuera me acechaban los enemigos rencorosos en busca de fría venganza… así que… me volví una gran estudiante y espectadora de toda clase de programas y series de televisión, y de repente, un día, dije “estoy hasta´l coño, me voy a la calle” …y creo que nunca mas estado en casa más de dos días seguidos...
Bueno situémonos, tengo casi 14 años y decido ir a la calle haber como ha evolucionado la gente y el mundo… bien, fue entonces cuando conocí a mi primer novio, era un tipo feo, excesivamente alto, peludo, con los dientes torcidos y enanos y me sacaba dos años…pero hablaba como nadie de política, o al menos como nadie que yo conociera a esa edad. Disfrutaba de las conversaciones que teníamos, aunque cada cual apoyábamos unas ideas, él era de derechas, obcecadísimo en que Franco fue un gran tipo y yo por el contrario decía que Don Francisco era un tipo malévolo donde los haya.
En fin… que las conversaciones un día terminaron en la cama y mi inocencia perdidísima con 14 años y poco.
Y así hasta los 16 cuando ya cansada de oír estupideces variadas e irracionales decidí dar puerta al feo, últimamente ya se creía capaz de decirme que debía ponerme para salir a la calle, ja!... y esa era yo, una niña de 16 años tierna y dulce con mucha mala ostia y según una gran mayoría, “rara”... nunca entendí lo de rara, antes incluso me daba quebraderos de cabeza, pero ahora sé que en el mundo no hay raros, si no, gente inmersa en sí misma, como yo, supongo.
Bien.. por esta época yo ya andaba por pasillos de instituto con pantalones roídos y tres tallas mayores que la mia, enseñando unas lindas bragas y con mis ansiadas, deseadas y amadas rastas, y no por moda, si no por sentir, y conmigo 4 años casi estuvieron.
A los 16 y poco conoci a mi 2º novio o a mi 1º amor, llamémoslo cada uno como nos parezca y me duró poco mas que mi peinado... tuvimos altibajos, bajialtos, estabilidad, lloriqueras, felicidad, y mucho mucho amor, del cual aun quedan tambien muchos restos.
Yo cambié, lo reconozco, me dejaron de gustar las Spice Girls, me gustaban los chicos...(y las chicas...), no soportaba estar sola, me volví extrovertida.... todo lo contrario a mis 13. Había crecido, bueno crecí toda yo menos mi pecho, que lo hizo tímidamente y aun le animo todos los días.
Podría decir millones de cosas respecto a mi época de los 16 a los 20, cuatro años que recordaré toda la vida, personas inolvidables e inigualables y personas desechables; a la basura! Me gustó crecer, empezar a darme cuenta de que pensar por mi misma estaba genial, de que escribir era un desahogo y que no tenía que esconderlo, de que decir un “te quiero” de corazón era tan satisfactorio como decir “fóllame” en un momento clave, de que aprender era tan importante como aprehender, de que el mundo era duro pero que aun así los sueños pueden realizarse, de que dormir 18 horas seguidas era genial por mucha bronca que me cayera después, de que escuchar opiniones y después sacar conclusiones era fantástico, de que hay que vivir y dejar vivir y que ante todo hay que quererse y ser un poquito egoísta consigo mismo, dedicarse más tiempo, no olvidarnos de nuestro YO interno....
¿Qué sabré yo de locura mas que esto que me haces sentir?
¿Qué sabré yo si soy la demente cuerda que pierde los estribos de su vida por ti?
Bien... me sinceraré, que coño! Esto es una cutreautobrevebiografía no?
A los 20 perdí mi norte, de un día para otro lo perdí... ¿o más bien lo dejé escapar?
Amaneció un día como otro cualquiera y yo me dispuse a disfrutar de un ratín de relax a los pies de la caja tonta y el pc y resultó que pin pan pum! Bocadillo de atun! Encontré el sur...tan lindo, tan lejano...
A los 20 y soy niña desconfiada, enamoradiza pero arisca, confiada pero sutil, no hablo, digo mirando, no miro porque soy vergonzosa, soy realista pero disfruto soñando, sueño para realizar, vivo sabiendo mi final y sí, mi final llegó porque ayer vivía de la ilusión y hoy muero por tí, reflejo de presencia de calidez insospechada, de olores incalculables y susurros inauditos...
A los 20 perdí mi norte, “niña rara” dicen los que me ven.
Sueño con volar hasta dónde acabe el horizonte, rara no, demente.
Loca extraña e inimaginablemente paciente, templada cual lácteo en mediano recipiente.
Soy cual soy, no más, no menos. Soy jabugo y pecho pequeño, soy sueño y triste momento, soy sonrisa y melancólico encuentro.... soy...soy.. y hoy Tú eres mis adentros.
¿Qué sabré yo de locura mas que esto que me haces sentir?
¿Qué sabré yo si soy la demente cuerda que pierde los estribos de su vida por ti?
20 años, que de tiempo! Y los momentos pasan y cada vez mas recuerdos... cuanto e crecido, cuanto me queda por recorrer... y mientras tanto, antónimos, yo tranquila y ansiada...
Agridulce final, ya advertí de ello, hasta aquí puedo escribir, pero saquemos el lado positivo de este texto:
Con 20 y ya tengo un cutreautobiográfico cuento y lo mejor de todo es que pasa lo que pase seguiré escribiendo....
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