Resulta que fue así, y es en serio que no miento…
Estaba como mirando sin ver, como presente pero ausente.
Como soñando despierta, volando sin alas, viajando sin tiempos.
Fue cuando ella se detuvo a reflexionar, decidió ejercitarse y a diferencia de esas decisiones que se toman a millones y a diario; esta vez, decidió subir de peso.
Para esa empresa decidió tomar nuevos rumbos, hacer nuevos amigos, crearse nuevos surcos y caminos, otras conexiones.
Quiso ser ágil, regordeta, explayada, rebosante, desbordar cosas nuevas, ser fuente de inéditos. No perder la frescura, pero ser siempre muy cálida.
Quiso que la tuvieran en cuenta, aunque más no fuera unos pocos, esos que realmente interesaban.
…Así fue como esa mente optó con criterio propio esta vez.
Y cuando él quiso darse cuenta, ella lo había gobernado por un período de 30 años menos, que la actual edad de su dueño.
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