Envuelta en un perturbador silencio casi se funde con las paredes que roza a su paso, el piso parece deslizarse bajo sus pies, complice de un crimen premeditado. El pecado sin embargo tiene causa justificable, es la opción última para mitigar el dolor enterrado en sus pulmones, antes de llegar pidio perdon anticipado, argumentando haber agotado recursos y no tener otra opción disponible, y en la lista de remedios caseros se ha incluido: extirparse las lagrimas con pinza y bisturi antes de que fluyan por sus mejillas, coserse una sonrisa a la boca para no maldecir al culpable, taparse los oidos con una melodia repetitiva para no escuchar excusas y por ultimo, arrancarse los ojos a mordidas, siendo esto último lo que mas inconvenientes ha causado.
Asi que ahora con el alma mutilada y varios parches en las auriculas, camina descalza de remordimientos y en la mano aprieta el bendito objeto que ha de salvarle la vida. No se escucha nada a su alrededor, solo un par de voces a la izquierda una le grita que siga y la de la derecha no se molesta en encargarle lo contrario.
Lo aprieta contra el pecho y jura al cielo que nunca el frio la hubier calentado tanto, respira una vez como si quisiera atrapar todo el aire del mundo con un solo esfuerzo y le toma por el cuello mientras está de espaldas, con una mano le cubre la boca sin compasion, para que no grite y también para comenzar a torturarla, le amarra las manos, le sella los labios, la avienta a una esquina y con una sonrisa, la primera que no ha tenido que fingir en años le corta poco a poco en pedazos y realiza los procedimientos quirurgicos necesarios para arrancarle los ojos, coserle la boca, cortarle los oidos y sobre todo arrancarle el corazon y darlo de comida a los perros de la calle, todo por supuesto con extrema precaucion del uso de guantes esterilizados...
Entonces y solo al verla inmovil e incapaz de cometer daño alguno el dolor que le oprimiera el pecho vuela fuera de si en forma de mariposa
|