Viernes, se acerca el fin de semana y las fiestas de Navidad. Realizas las compras pertinentes para pasar sin tener que molestarte los siguientes días. Las largas colas te hacen dudar si dejar la compra o seguir buscando la que crees va mas rápida, que normalmente no lo es tanto como parece, pero, paciencia, te sitúas detrás de una cantidad de personas con carritos hasta los topes y te decides a esperar (que remedio)

Miras a un lado y otro para tratar de entretenerte, un teléfono suena detrás de ti. Una voz masculina contesta en un tono animado. Te parece una conversación trivial, por lo que no te molestas ni en girarte para mirar quien es.

En la larga espera que se prepara por delante no te queda otro remedio que escuchar la media conversación que se produce.

--Claro que si, eso ya lo sabes tu—un tono amable, muy amable

--Por supuesto que lo puedo intentar—esta vez ya no es tan amable

--No me digas eso que sabes que no es así—vaya, parece que se esta enfadando un poquito

--Puedes pensar lo que quieras—continuamos un poquito enfadados

--Ya te he dicho que no, no sabes ni lo que dices, mejor no seguimos hablando—bastante enfadado ya y…silencio

La cola sigue avanzando lentamente. A una señora se le ha caído una botella de vino que se ha roto. La cajera avisa a la chica del carrito que al momento se persona para limpiar, dejándolo todo listo en un minuto y… la cola sigue avanzando.

De nuevo se escucha el teléfono del señor que tengo detrás de mi.

---Hola ¿Qué tal?—se nota un saludo amable

--Pero mujer, si ya me conoces—una risita por lo bajo

--Tenia el teléfono ocupado—vaya, no es la misma persona de antes, aunque ya me di cuenta por el tono de voz que emplea

--No, tu sabes que como tu hay pocas—no le gusta quedar bien al señor ni na

--Mujer, no digas esas cosas, ya veras cuando me veas, te quedaras asombrada—¿Que no lo ha visto?

--Nos podemos ver cuando tu quieras, yo tengo todo el fin de semana libre—Se nota que lo que quiere es quedar, no hay duda

--Bonita, ya te he dicho que cuando tu quieras—Esto se esta poniendo bien, lastima no escuchar la otra parte

--Ya sabes que yo estoy abierto a todo—Hasta aquí hemos llegado, ya no aguanto mas y me giro disimuladamente para poder verle.

Mis ojos se tropiezan primero con el carrito de la compra, varias porquerías de esas precocinadas, galletas, agua, leche y poco más.

Una mano en la barra del carro, levanto los ojos y aparece: Moreno con algunas canas asomando, barbita rasurada y bien cuidada al igual que su aspecto, ojos azules de los que miran y derriten, una sonrisa, !vaya sonrisa!…No lleva anillos, no es que yo suela fijarme pero…me he fijado

Lleva un traje azul oscuro que le sienta francamente bien, se nota que debe de tener un buen… puesto de trabajo y tiempo libre para cuidarse.

---Tu no te preocupes por nada mujer, puedes mirar—Me quedo parada, se que no va por mi pero.. me ha dado la sensación que se ha dado cuenta del examen a que le someto.

--No tienes nada que temer, ya te lo he dicho, estoy abierto a todo—Uuuuffff madre mía y yo también estaría abierta a todo.

--Mira, no te preocupes que si la cosa no sale bien no pasa nada—Intenta tranquilizar

--No tiene porque enterarse, si lo hacemos bien nadie tiene porque saber nada—Me comen los nervios, yo quiero enterarme de todo.

--Venga pues entonces mañana quedamos para mirar si es de mi talla—No entiendo, ¿que es lo que pasa? ¿de su talla?¿ que tiene que ser de su talla?

--Bueno pues a las cuatro estoy en tu casa—Esto se acaba y yo me quedo a medias, ¿que no le preguntare directamente?¿ O mejor le digo que también estoy abierta a todo?

---Una cosa,¿ los regalos tengo que llevarlos en el saco o ya se encontraran en la casa? Y acuérdate que quiero que el traje sea rojo, no como estos modernos de ahora que en lugar de papa noel parecen duendes.

Estoy vaciando mi compra en la cinta, ya es mi turno y…vaya, de papa noel, aunque no se, estoy por decirle que tengo un niño pequeño que seguro le haría ilusión que el hombrecito de rojo visitara la casa…

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