La economía no es bella ni horrible, no debe buscarse en ella virtud ni defecto, es apenas una herramienta, como las matemáticas, como la palabra. Es además dura como la verdad, tan idiota como una computadora y, por supuesto, mas desalmada.
¿que cuánto vale una vida?
Dificil respuesta mi amigo... difícil respuesta.
Escuché cierto pedido de ayuda económica para salvar la vida de una niña afectada por una rara enfermedad, generalmente incurable. Los avances de la ciencia logrados en algún pais del norte permitirían, mediante una costosa intervención quirúrgica, intentar el milagro de prolongar su existencia.
Seguramente esa deformación profesional tan común en los brutos tecnólogos, me impide priorizar el dolor y la angustia que encierra ese pedido, tan urgente como desesperado.
La economía, maldita economía. Las matemáticas, las estadísticas...
malditas también, como maldita es la razón cuando mata el sentimiento.
Me asusta la crueldad con que razono:
¿Cuántas muertes pueden evitarse si esos recursos se utilizan, por ejemplo, en vacunación infantil?
¿Cuántos niños podrán llegar a adultos si los mismos recursos se invierten con racionalidad?
Tener razón no es precisamente el mejor camino para sentirse bien, y menos aún para ser feliz.
ergo, necesito un corazón.
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