la niebla y las nubes intercambiaron saliva. cazadas por el aliento de las brujas, censuraron su erotismo.
palabras vacías que completaron la adicción al veneno labial. juzgada por la cera que derretían en su lagrimeo.
nadie que las escuchara gritar...
debilitando su mirada, pestañearon ante el dolor.
plumas afiladas volando sobre ellas.
dos morteros con hinchazón y telón.
el sombrero de mimo soplaba en incienso. catapultando el francotirador de la novia. esfumando las cenizas de las rosas caídas.
martillos y tiburones en las cabezas rodantes. amarillo, azul y rojo brotando de las fuentes de carnicería... gritandoO... gritandoO... ohhh ohhh, otra vez que la esfera lunar aparezca desafiando su nido de enfermeras.
escuchando los aullidos del manto cohete, acechando las llamas de su fogata matriz, abrió los cinco dedos amputados... desapareció.
entre las filas de simios testigos, el rastro platónico olfateaba la comida atorada entre los pecados de la marcha. lamiendo los recuerdos del perfume invasor, arañada por su especie..., aceptó la sobredosis antes de ingerir...
las notas del ataúd guardaban el pasillo adornado de cenicientas. brillando en la sala del manjar, las células devoraron la lengua del aire. silencioso ambiente en la sensación del incesto.
tambores...
si, tambores...
más...
más...
envolviendo los cadáveres de la ceremonia, las estrellas sedentarias iluminaban su vientre, con pastillas de efervescencia lumínica nutrieron su aliento fluorescente mecánico.
el canto del violín al lado del lago pronunció hectáreas de tristeza. llorando plutonio, radiaron los pétalos parpadeantes. calladas con un nuevo chiste ebriedad. desplomándose de la silla de madera, tembló con el suelo y su quijada de menta prostituta. sin dientes desnudistas, rompió la botella en la mariposa de su cabeza.
fiebre en la condena de su embarazo.
la historia que comió perversiones en la carretera de los hoteles de paso; bebiendo gasolina y procreando. procreando y quebrando.
pasteles de anfetaminas desafiantes..., ocultos en la escalera de la medianoche. pendientes por los pasos en la noche, caminando por la calle fugitiva. dos sonrisas tatuadas en la desaparecida. tatuaje de dos sonrisas en la desaparición del prohibido.
agradece el camino de las espinas.., encerrado en las puertas de su destino, pisa más fuerte, y destroza las ramas incongruentes del atajo. háblame y no dejes de temblar. te hablaré sosteniendo el anillo de la pesadilla al despertar. cuenta conmigo las cremaciones de la habitación de luto. ¿me besarías con un alacrán en la lengua?, voltea e inclínate,.. lentamente.. sostén tus manos vengativas en la soga de ese pilar... vuelve a marchar por tu último sonido. shhh shhh
tomó la figura del caballo y renació en las ventanas del daltónico. celebrando la humillación de la amnesia, quebró el llanto del murmuro innato incomprendido. movió los pies y atacó a la reina. decapitando cerró los ojos...
la espada del rey prendió fuego al bebé escondido, escuchando el filo de la navaja.., cortó el cordón umbilical de la existencia.
finales inyectados de penumbra.
imagina las velas que apagaron las venas del corazón de oro...
la lluvia detuvo el cáncer entre los gases violentos.., con una cortina de perdones, extinguió el dedo que aceptó el manicomio a domicilio.
jaque mate en las estrellas que crearon las lágrimas... ajenjo en el rostro cementerio. sígueme... sígueme...
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