descendían muy abajo de los cristales de su nariz. muy abajo en las cavernas del vagabundo, encuentra un cerillo, y enciende tu infierno.. estas real, con aliento de verbo sermón.
buscas una sonrisa que cubra tu soledad.., los soles que inhalas no son de flamas condenadas, abre tus ojos.. y mira...
las luces del nuevo encierro permanecieron en el control espiritual, rocoso, enfriado.. y resfriada.., seguía cayendo.
en la profundidad de los abrazos de la muerte recién horneados, la nave permanecía en sumisión y plegaria. muy adentro de la lengua del escorpión.
el vaho cubría al viento de oscuridad. convirtiéndolo en piel sonrojada, sonaron la sonaja del permiso a casa. descubriendo su gimnasia, estiró los cuerpos desagradables.., condenándolos... uno a una... ¿escuchas el silencio que no puedo explicar?, ¿quieres encontrar los dientes de mis labios? busca en la sequedad de los colmillos que deberías ver.. escondidos en el beso prohibido, en la sonrisa pecaminosa.., ¡Pánico! rezo y soledad.
seguía muriendo en la caída de la fotografía. abrazada a su infeliz oso de peluche, iluminó la marea de las almas muertas. sin gritar, cerró su garganta y labios y no despertó. ensangrentada persiguió los fantasmas de su aislamiento. buscando luciérnagas en el aire, encontró consuelo en las plumas de sus enemigos. con la mirada cortada y el estilo excéntrico de cabello, perfumaban su venganza silenciosa...
escuchan las campanas el sonido de guerra alimenticia. olfateando su aliento, pintaron los residuos de ser con su aerosol.
todos los rotos cumplieron sentencia en los murmuros del metal.
más escalones...
más escalones...
más escalones...
bailando en el cementerio, con sus lágrimas incendió el mausoleo..., una vez más... con la caricia de su polvo, más mausoleos... esculcando los bolsillos de las estrellas, lunas mordisqueadas por ángeles...
los extraños pulmones, los peces de su anatomía y la cuerda ilógica. Somos. Somos. ¿Quieren vestirme en mi chaleco antibalas? solicitud de veneno y pedazos de revólver... las manos replegadas en el sonido de la ambulancia. las cruces que alumbraban la tortura, depositaron su saliva en el neonato. tragándose sus escamas, esperó impaciente..
con el empujón del demonio, sus pupilas sirvientas, obedecieron el impulso inexistente. un respiro de menos..., dos respiros menos..., sucesivamente se van perdiendo en el castillo de fuego.
el último suspiro encerado, resbaló por la última resbaladilla, quemándose muy lejos..., muy, muy lejos... incinerando la sala de dolor, rompió la hiedra venenosa que succionaba sus alas, bebió la gasolina de la rebelión y encontró un encendedor.
sudando piel, las cadenas de la puerta principal comenzaron a girar.. oO oO oO oO oO oO oO, y la nueva bestia dejaba de volar.
3 pasos más. desnudando su último rastro, perdió la fe y se desintegró su cerebro. O o .
final. las estrellas en sus ojos apagaron las únicas luces de entierro y suspiraron el final del crematorio.
no se sorprendió,
vendió la propiedad de Adán y lagrimó los fluidos vaginales de su recuerdo.
¿Bienvenido?
la lluvia gritó por su pueblo. muda, explotó en su magia nórdica... abrió sus alas en la última habitación, la última abajo... abrió las costuras de su boca y no pudo desvanecerse.., no murió... presenció la eternidad en su espejo de lava.
|