Fría, muy fría es la tempestad es
Es aquel lado oscuro del sol,
Que no se deja ver, es un vestigio solitario flotando, menudo, diminuto delirio en las sienes del creador, el dolor en el pecho es el preludio latiente, es un deseo de libertad, es una gota de sangre acumula mis deudas, tiempo sátiro, enfermo, sucio, va clavando sus dardos minuto a minuto el bálsamo milenario, primo hermano de la muerte, reatar al dios de las alturas, observarlo a los ojos y así descifrar su modum operandis y entenderlo a el en su prisión de cristal.
Fría, muy fría es la tempestad
Mujer cierra la puerta, dios esta en su jerga, divirtiéndose con el maligno…
Gabriel Briceño (gabbo).
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