He aquí un ejemplo de la dietilamida del ácido lisérgico actuando sobre la conciencia de un joven con algunas nociones de lo que es la mística oriental. Yo sólo lo encontré y lo traje de vuelta un nuevo segmento de lectores, que disfruten el viaje...
Empecé en la noche. Me recosté en la cama… Emergieron las figuras visuales en su rol usual de separadores de la estructura, exponiéndose a mi manipulación. Eran parte de MÍ… Mi cuarto era mi cerebro. Y mi cuerpo también era mi cerebro. A través de las células de mi cuerpo podía sentir los pensamientos en mi cabeza y orquestar la visión "en mi cuarto", porque el cuarto también era mi cabeza.
También podía ver mis pensamientos en el cuarto, como si estuviesen localizados en diversos lugares de mi cerebro. Durante las siguientes horas exploré mi cerebro como si fuera un territorio físico. Pensé… oh Dios, esto está muy sucio. ¿Cómo puedo ver correctamente con toda esta basura aquí?
Se me ocurrió que limpiando podía aclarar mi percepción de la realidad… En el cerebro hay varios armarios, escobas y cubetas y esquinas y áticos sin asear… Típicamente lo que encontré fueron clichés, hábitos y comportamientos instintivos. Todos los ingredientes de la personalidad. Encontré que "llegar" físicamente y "llegar" con la mente son lo mismo… Me di cuenta de que soñar es literalmente cuidar la casa.
Todas las cosas que hay en las esquinas existen en forma simbólica. Los arquetipos están allí. Esos símbolos no sólo han estado empolvándose. He estado asociando cosas a ellos constantemente durante toda mi vida, de hecho, probablemente eones antes de mi vida presente. Las serpientes por ejemplo. Las vi allí en una esquina.
El reptil arquetípico. Pero esta vez hice una conexión con estas serpientes… eran energía kundalini, el Poder de la Serpiente. ¿Y qué era el poder de la serpiente? Era el control del músculo cerebral.
Había estado almacenando este simbolismo oculto por siglos y sólo entonces estaba haciendo la conexión entre ese simbolismo oculto y un estado mental internamente percibible. Estas conexiones eran asombrosas para la mente… la mente que guarda todo sabiendo que un día, todo podrá ser conectado…
Me di cuenta de lo que es el karma: pedazos y piezas desconectados que necesitan ser conectados. La mente está en una búsqueda continua de conocimiento (crecimiento espiritual), para hacer conexiones entre las ideas. La búsqueda es necesariamente repetitiva, ensayo y error.
Una simple experiencia de profunda conexión con el espíritu puede ahorrar años de karma. Ciertamente el despertar de la kundalini y el entendimiento de los poderes del cuerpo hasta ahora desconocidos tiene ese efecto. Ciertamente la penetración de la luz de la conciencia, con su entrenamiento científico, en las profundidades del inconciente, habilita al inconciente para hacer las conexiones que no puede hacer por sí mismo…
Las conexiones pueden visualizarse como hebras de la tela cósmica… el ego y la identidad son los tejedores implacables, atando esta tela a realidad sensible. La mente está literalmente obsesionada con la realidad y la verdad… obsesionada con la necesidad de saber.
Tan obsesionada que está dispuesta a arriesgarse hasta la insanidad o la muerte para descubrir su verdadera naturaleza. La auto-conciencia es el proceso de conectar los estados interiores con los estados exteriores, donde esos estados externos son también parte de uno mismo…
Descubrí que mucho de lo que asocio con la palabra "Dios" es parte de mí (el Ser, o la identidad, o algo)… Me di cuenta de cómo es que realmente no sé cómo operar todo mi cuerpo, y apenas estoy aprendiendo cómo hacerlo, como un niño. Me experimenté a mí mismo como un protoplasma biomórfico, un agregado organizado que tiene órganos que se extienden tanto en el mundo de la "mente" como en el mundo del "cuerpo".
Tal como la piel protege al cuerpo de los invasores físicos, también hay una membrana que separa el Ser y el Otro en el reino de la mente. El trabajo de la autoconciencia consiste en hilvanar estas dos membranas, esta costura es la re-creación del universo percibido… Las descripciones del despertar de la kundalini parecen describir lo que experimenté, y concuerdo con la aseveración de Gopi Krishna al respecto… es una fuerza que impulsa la evolución.
No me sorprendería que la "fuerza kundalini" resultara ser un químico psicoactivo que pudiera inundar los nervios.
Las que acabas de leer son las experiencias que un consumidor anónimo de LSD cedió a la página web The Lyceum. ¿Qué cosas no? ¿Quien ha viajado tan lejos sin salir de su cuarto? Por lo menos yo si, aunque no recurra a usar metanfetaminas. |