LA CALENTURA

Terminaba el almuerzo, donde como ya lo veníamos haciendo durante años, como una manera de sentirnos más comprometido con la jornada exitosa del primero de mayo, claro, eran otros comensales, algunos se repetían como una perenne letanía y sin embargo nos sentíamos parte de un mundo por construir, como siempre, la comida retrasada y las copas de vino, a manera de aperitivo hacía que la desinhibición nos llevara a recordar aquellas viejas canciones revolucionarias, entonarlas con la pasión y fervor de aquel tiempo en que nos sentíamos dueño del presente y del futuro, sin embargo los treinta y cinco años de distancia con aquel tiempo nos remecía de la misma forma, nada de nosotros había cambiado, solo los ausentes que recobraban forma en ese recuerdo y añoranza de la construcción de algo distinto.
Los recuerdos y esa siempre manera de ver la vida, en que nada sobra, para gastarle una broma o reinos de las gracias y desgracias de algún comensal, cuando aparece ella ,envuelta en una coquetería natural, estaba como buscando a alguien, nadie de nosotros la vio entrar y menos haberla visto en la marcha , pero era como si siempre la hubiéramos conocido, sus cabellos rubios y rizados , esos ojos claros que clavaban al cruzarte con los tuyos y esas pecas desordenadas que la hacían verse más joven y su caminar la hacían verse , como la más atractiva de todos los que estaban ahí, claro está ninguna de las que nos acompañaban en la mesa tenía esa frescura de mujer que anda en plan de encontrar lo que en la vida reciente se le había negado.
Fueron dos palabras y ya estábamos al final del salón conversando de porque no nos habíamos conocido antes, si a pesar que habíamos habitado el mismo momento histórico y los amigos en comunes estaban sentados en la misma mesa, que había recién dejado para conversar mas en privado, a la sugerencia que saliéramos y caminar por el parque que entroncaba con aquel lugar del almuerzo.
Mientras caminábamos y conversábamos por mi mente iba cruzando hasta donde sería capaz de convencerla y que nos fuéramos al motel, todo presagiaba que no había otra alternativa que llegar a una pieza y descubrir todo lo que su cuerpo me ofrecía, mis pensamientos, cuando se echaba andar inexorablemente se cumplía todo lo que mi imaginación creaba, nada de lo que habíamos conversado deparaba otro resultado que no fuera estar acostados haciendo el amor en lo que quedaba de tarde, pero basto una palabra , una sola palabra y todo fue caminando para cualquier lado, menos para lo que había pensado y explicado de manera que, toda esa construcción tan bien hilvanada se iba al traste de la basura.-



Otoño,2006.-