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Le agrade o no, Poeta, sólo existo para Luís Videla.
Ni dormida lo olvido,
y mi mente a la deriva, jamás se ha ido.
Así soy yo, no amo ni amé a nadie más.
Poeta, usted ha intentado subestimarme con emociones vanas, que sentido a mi vida no han dado, porque ha de saber usted, que es mi corazón temperatura con mercurio loco.
Yo camino con rumbo certero
y en los ángulos de mi mente
canto, río y escribo
para Luís Videla.
No soy libre, a mi nadie me busca
para evitar desiertos.
Esta que escribe le dice a su universo lleno de anhelos, que no procede su poesía en mi recinto, estos espacios son cortesias para mis pocos amigos poetas que aquí tengo.
Deseando desvelar el misterio de tanto trabajo en mi recinto, le diré que soy buena madre, buena compañera e hija perfecta.
Sus poesías no son para mí, principio ni fin de nada.
Mis sueños no tienen precio y no me cuesta lograrlos,
por eso sus poesías no me atrapan.
Lo que intento transmitirle es sencillo,
no me ha hecho sentir de otro mundo,
soy sencilla, sensible, lloro con películas que tienen final triste.
Si no tiene una estrella que le alumbre sus noches, si no saber caminar a ningún lugar, si sus sentimientos aún no están definidos, espere, la paciencia es don que ennoblece.
Llegará el día que formará parte de algún equipaje y encontrará la felicidad, pero hoy le ruego que comprenda el porqué no acepto sus poesías en mi recinto, no soy libre, tengo un gran amor
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