ROMANCE DEL IMPOSIBLE
Perfumabas a tu paso
Al verte por vez primera:
En tu pelo, una guirnalda
De canas, que como estrellas,
Alumbraban ese cielo
De tu más vasta experiencia.
Con el agua de mis trinos
Resucitó por la alberca
La tinaja verde agua
De tus ojos de muñeca.
Todo mi ser se detuvo
En tu voz cascabelera.
Cuando te ofrecí alma y vida,
En contra de mi quimera,
Dijiste: ¡es una locura,
Hombre, que soy mujer vieja!
Con sigilosa premura
Fui de la noria a la rueca,
Tejiendo en aguita pura
Versos hechos de paciencia.
Un colgajo de diamantes
Fue mi corazón de espera.
Tanto golpear en tus ojos
Con mis miraditas quietas,
La cáscara se fue abriendo
Dejó lugar a la pepa.
Allí estaba, manjar fresco.
Tu corazón y tus piernas,
Una cadena envolviendo
La fuerza de mis caderas.
Por evitar a tus hijos
Fui amanecer en la cerca.
¡Qué bendición tus pupilas
metiditas en mi esencia!
Amor que en amor se apaga
Fuego que en el fuego, quema.
Una tiara de colores
Fue mi abrazo en tu aura fresca.
¡Ay mujer, cómo me amaste!
Cómo, sin falsas promesas
Nos hicimos vid madura
Sarmientos con fruta aérea!
¡Cómo volabas dormida
y más, volabas despierta!
Generoso precipicio
Hecha de una herida abierta.
No hubo tiempo que nos falte
Ni minuto que se exceda.
¿Cuánto nos duró? ¡Qué importa!
Amor que de amor se precia
No mide el tiempo: lo vive,
¡Ni atrapa el viento en la hoguera!
Haciéndose llama antigua
Deja en cenizas las fechas
Que se entibian tras dar lumbre,
Inconcientes cuando queman.
Cuando le llegó la noche
A nuestro “romance”, a secas,
La humedad de cada lágrima
Se aprisionó en mis ojeras.
No fue de amor que enfermaste:
No fui el viudo. Fui tu veta
Donde se quedó la savia
Antes de que te murieras.
Y ahora que miro el tiempo
Pasar sin fe por mi vera,
Sólo digo que te quise,
Tanto como me quisieras.
No me sumo a los recuerdos
Que tu familia conserva:
Me fui cuando te me fuiste.
Para mí, tú, no estás muerta.
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