La sonrisa en los labios, calculada,
un mohín, un apretón de manos
que no sea más que el contacto
de dos pieles adversas.
Cortesía, ni una palabra demás
ni una de menos que borre al infeliz
del escenario de lo establecido.
Diente, mucho diente, poca palabra,
geometría exacta de la hipocresía,
bastión de silencios, algún halago,
nubes gélidas aparentando ser querubines,
nada en el corazón.
Te amarán por una sonrisa tuya,
serán tus soberanos esclavos,
los tendrás por montones,
las moscas también asedian la miel,
embetúnate en halagos, empalágalos,
serán tuyos por siempre,
considerando que ese siempre
dura lo que dura la fidelidad del hombre…
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