No le creas a nadie ni a mí mismo si algún día te lo digo: “Ya en mí no vives y sólo eres parte del olvido”. Jamás –así yo lo escriba- de mi corazón saldrás como un recuerdo. Acaso serás tristeza y la palabra melancolía como trenza anudaré a tu pelo. Nunca –niña mía- lo creas así yo te lo diga –ebrio estaré quizá-: “Fuiste un largo amor al que le llegó el olvido”. Bogotá, Enero 13 de 2004 / 5:16 p.m
Texto agregado el 02-02-2004, y leído por 176 visitantes. (0 votos)