Es gracioso mirar el presente sin tí, sin tu risa malévola, casi maniática. Disfrutar tu ausencia, que incomprensiblemente, me sabe dulce. Sentirme tan libre, sin la espontaneidad desorbitada de tus besos. Sabiendo que lo terrible de tu adiós, es el comienzo de mi mayor fortuna.
Texto agregado el 10-11-2006, y leído por 122 visitantes. (1 voto)