Hay días que la ilusión me vuelve a golpear.
Días con deseos de ver mis calles sucias y desgastadas, pero mías.
Hay días en que me asomo al patio de mis sueños y veo, la casa de mi infancia.
Esos días en los que estoy aquí, pero no estoy.

El tiempo pasa y la vida se me escapa como aquella cometa que de chico empinaba.
Y yo con este vació, con un nudo en el alma, con los ojos aguados por la nostalgia.
¿Cuando terminara esta interminable espera de no esperar nada?
Parca, dejadme en paz que no termino de amar a mi patria.


Dios que enfermedad es esta de no pertenecer a nada.
De sentirte extranjero tan solo con una mirada.
Que valga mi muerte más que mi vida.
Permíteme dios, morirme en mi habana.