Me siento tan insignificante frente a tu apellido.
Me siento tan poco sexy ante tu hermosura.
Me siento tan aburrido frente a tu gracia.
Me siento tan aturdido ante tus palabras.
¿Qué parte de tu memoria has querido olvidar para hacerme sentir bien?
Me siento tan inútil ante tu inteligencia, que siempre tienes un as en la manga.
Me siento tan inocente frente a tu tendencia materna sobre mí.
Me siento tan incomprensible ante mi propio ego.
Me siento enfermo aunque esté más que sano.
¿Qué parte de nuestra historia he ocultado bajo la alfombra para ser reinventada?
Siento vergüenza al ver los dígitos de tu cheque.
Me siento escuálido al ver tu atlético cuerpo.
Me siento tan débil frente a tu masoquismo.
Tan miserable ante mi supuesta pasión por Dios.
Me siento ahogado por tu deslumbramiento.
Tan preocupado por ser tu esposo.
¿Ese reflejo en el espejo soy yo?
Tan descolorido y anegado.
Me siento borrado e irremediable.
Y condenado ante el fusil en mano.
Texto agregado el 01-02-2004, y leído por 229
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