Talvez este equivocado, pero pareciera que en vano es la espera
Por que por mas que uno no lo quiera aceptar, hay limites y restricciones, y por ende hay cosas que no podemos hacer y otras que no podemos cambiar. La verdad, mi verdad, dura y cruel, la tengo que aceptar como es, solo a veces la logro alterar un poquito, pero nunca cambiarla por otra, es mentirme a mi mismo, cosa que hago de ves en cuando para olvidarme de ella por un tiempito.
No me gusta esperar, tengo la esperanza de que mis problemas se resuelvan pero la ansiedad me pone nervioso. Mi vida es como un auto y yo voy en el asiento de atrás, solo, mientras los conductores toman turnos, entra uno luego el otro, aceleran y disminuyen a gusto, no respetan ninguna ley de transito, van para adelante y retroceden, a contramano y en reversa, cada uno elije un nuevo rumbo y yo ya no se donde estoy. Es hora de tomar el volante e ir para adelante, no tengo tiempo para volver atrás, casa quedo muy lejos, lejos como mi ultima sonrisa, y tengo prisa por encontrar un lugar donde yo pueda respirar profundo, en algún lugar del mundo tengo que encajar. Quizás solo me tenga que adaptar al lugar donde estoy, pero el precio es mi identidad, lo que queda de ella, y no estoy dispuesto. Quizás sí deba volver a casa. Allá hablan mi idioma, comparten mis costumbres, tengo derechos y privilegios, alguna que otra persona se alegraría de verme otra ves, pero quizás sea tarde para volver. Quizás la espera después de todo no sea en vano. Quizás mejor seria no tomar el volante y esperar dar con ese lugar especial con el que sueño, donde me pueda realizar, donde encuentre la felicidad, aunque sea efímeramente, quiero sentirla, seguro que cuando esté conmigo no la dejare ir. Pero quizás nunca llegue a ese sito y me coma la incertidumbre. Quizás. Quizás. Quizás. No quiero equivocarme más, y mientras la duda me carcome, el tiempo pasa y yo sigo en un viaje sin rumbo, a la deriva.
Pasó el tiempo y descubrí que mi casa no era la que quedo en el pasado sino que soy yo mismo, que la llevo en mi, que estoy donde tengo que estar, que no hay que olvidar pero si dejar atrás, que la paciencia tiene recompensas y que también a veces hay que actuar, que la juventud es un tesoro que el tiempo quiere robar, y efectivamente lo va a lograr pero está en nosotros el cuando, que no todos los deseos se tienen que cumplir, que la felicidad son momentos, que todas estas cosas son reglas que tiene este juego de la vida y hay que aceptarlas por nuestro propio bien, lo que queremos no siempre es lo mejor para nosotros, o a veces para otros, que la esperanza es lo ultimo que se pierde, que nadie es perfecto y que siempre queda algo por aprender. En fin, solo tuve que ver con otros ojos, ver que veintidós años pasaron volando en frente mío, y si me quedo dormido pronto pasaran otros veintidós. Tengo miedo y al mismo tiempo ganas de afrontar el desafío de vivir, vivir nada mas, vivir y sacar lo mejor que el mundo tenga para ofrecerme.
Andrés esa noche durmió, (después de largas horas de reflexiones y auto-critica) como nunca antes lo había hecho, se levantó con todas las ganas y fuerzas para enfrentar los días venideros, con la intención de disfrutar cada instante, pelear cada pelea, dejarlo todo en la cancha, sin nada para reprocharse a si mismo, y cambió todos los quizás que había en su mente por certezas a veces y otras por riesgos, por que al final, el que no arriesga no gana.
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