Te conjugué y me conjugaste
hasta descifrarnos en el tiempo infinitivo
de un verbo inventado
en el sigilo de tu aliento,
de tu signo
de un sueño que se nos arrebata en las tardes.
No sé si llegaste a mí
o tropecé cuando agitabas mi vestido
con el ritmo candente de tus palabras.
Un roce en tus pupilas aconteció en mis tardes
parpadeó de inquietud
sobre mis letras
desajustando al fin
las definiciones
y le di alas a mis noches
vertiendo la poesía
sobre lo imposible.
Uyyyyyy... que preciosidad!!!
El mejor de los romanticismos, la alegrìa que provoca esa llegada tan especial a nuestra vida expresada con una excelente poètica.
¡Me encantò!
Te dejo mis ***** Lancy_
25-12-2006
No sé si llegaste a mí
o tropecé cuando agitabas mi vestido... bellísimo. lilianazwe
22-11-2006
Nada sobra, nada falta a esta poesía. En su simples palabras está la intensidad de su decir. ¡Hermosa! Shou