Entonces comenzó a unir las partes con cautela; a descifrar lo inverosímil en esas piezas fríamente custodiadas. Se veía entusiasmado con aquel juego que ponía de manifiesto su destreza. Hasta que entraron brutalmente armados a ese oscuro subsuelo para detenerlo.
El alegato de su defensa fue descartado inmediatamente ante las irrefutables pruebas halladas sobre el piso, donde cuatro cuerpos mutilados estaban a la espera de una resurrección por medio del encastre de sus piezas...