Porque con los bolsillos rotos hemos resultado esta vez, tu y yo, abandonados en el desierto de la injusticia, cuando nada puede estar peor.
Nos hemos encontrado alborotando las piedras calientes, fabricando nuestros ataúdes sin epígrafe.
La luz de luna nos ha despertado queriendo beber; con las manos vacías y el corazón rebosante de rabia, esa, que solo tu y yo conocemos.
Nos hemos encontrado a mitad de camino cuando nada nos vale la pena, mas fingimos que solos somos felices, pero nuestras almas deprimidas quemaron las alas de la verdad.
Nos miramos, nos amamos, y nos pasamos de largo, porque todo se ha desvanecido como la niebla de la mañana, ya no más, no más atascada esperanza… de ti nos hemos cansado, y te mandamos al olvido con un golpe bajo.
Nos hemos abandonado sabiendo que es nuestro destino amarnos, solo podemos recordarnos, en nuestros abrazos y palabras, por que simplemente esta vez, la soledad prefirió vernos perder.
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