ECONOMÍA, por qué, para qué y cómo.
“La Economía es la ciencia que estudia la conducta humana como una relación entre fines y medios limitados que tienen diversa aplicación”.
Definición del profesor Lionnel Robbins, economista.
Economía: ”La administración por parte de la sociedad o del individuo de los bienes materiales o dinerarios en los que se vean implicados”
Definición propia que me permito transcribir.
Algo tiene la economía mundial actual que no armoniza con la sociedad planetaria.
Pueblos, naciones... grandes zonas del planeta se ven desposeídas de lo mínimo indispensable para sobrevivir, la más importante de de las necesidades.
Si pintásemos en el globo terráqueo las zonas que poseen la mayor cantidad de riqueza de color azul oscuro y fuéramos degradando con blanco ese color hasta llegar a las zonas más pobres, nos encontraríamos que el azul oscuro estaría en tres o cuatro lugares muy concentrados y que la mancha de azul más desvaído, los más miserables, ocuparían la mayor parte del globo.
Lo que demuestra que la humanidad no ha sabido, hasta la fecha actual, administrar los bienes de que dispone.
Todavía priva la inmediatez. Como niños. “Quiero el juguete ya”. Los beneficios inmediatos. Carrera contrarreloj anual de bancos y empresas para conseguir mayores beneficios que el año anterior. Caiga quien caiga... y caen millones de personas: paro, desnutrición, desinformación, desalfabetización, enfermedades endémicas, incultura...
Los políticos les emulan, los copian e imitan en sus maneras de producirse con sus ingresos y gastos.
Resultado: CAPITAL = EJE ; resto de todo lo que existe, satélites del eje, a su merced.
Cada zona del globo se defiende como puede de la voracidad de quienes nunca tienen suficiente dinero y poder.
Pero los más débiles sucumben.
El hombre no es un lobo para el hombre. No hay que profanar el nombre de esos nobles animales con las malas artes que ciertos grupos de hombres emplean con sus hermanos de género.
Hay filósofos que comparan la evolución del hombre con su edad planetaria. Ejemplo: El embrión humano en paralelo al hombre todavía en estado de protozoo marino, a los dos años como en la edad de piedra, a los siete, en la época romana, a los quince, la edad media, etc., etc.
Puestos a hacer hipótesis comparativas, imaginemos que la humanidad entera pudiera compararse a un sólo hombre en su crecimiento integral. Me atrevería a decir que la sociedad humana de hoy tiene el comportamiento económico de un muchacho de quince años: Tiene rasgos altruistas, pocos: ONGes, voluntariados varios, pero, en líneas generales, lo mismo derrochan que acumulan. Pido disculpas a la gente encantadora de 15 años.
Este modo de proceder con la economía aumenta los extremos, no nivela.
A causa de lo anterior, se educa al hombre para que, en cuanto pueda, contacte con el eje y tenga un cordón umbilical adherido a él, si disiente y busca otro tipo de eje: Emocional, sentimental, sensitivo, moral, ético, artístico; quedará desestabilizado, cuando no, puede quedar fuera de su atracción orbital y pasarlo mal económicamente, no teniendo más remedio que convivir con los padres hasta avanzada edad, ocupar edificios vacíos... vivir marginados.
Como el hombre crece en conocimiento íntimo y evoluciona, así sucederá con la economía, pero todo crecimiento supone resolver crisis y la crisis de esta economía loca se ha comenzado a manifestar en París y Madrid.
En Paris porque no hay cultura ni trabajo para los hijos de los hijos de los inmigrantes y en Madrid, porque no pueden acceder a una vivienda digna miles de jóvenes que, sobre el papel de sus notas en colegios y universidades, deberían tener la oportunidad de conseguirlas.
Estas crisis que asoman son puntas de iceberg, hay mucho más debajo: descontento al ver las grandes diferencias sociales, sanidad cada día más mediocre, puestos de trabajo basura, decepción de la política en general, educación inmovilista y sin ideas...
Estos iceberg son llevados por generaciones entre los dieciocho y los cuarenta años, por el océano de sus sentimientos frustrados, por su falta de horizonte claro cuando más necesitan de un horizonte.
Por sus carencias y necesidades, unidas a una mente entrenada para pensar y crear desaprovechadas, son estas nuevas generaciones el caldo de cultivo ideal para dar el paso que haga que se supere esta crisis de los “quince años” y se posicione la humanidad en los “veintiuno”, ya más asentado en criterios y menos rebelde sin causa.
Ellos son el caldo de cultivo óptimo, pero el resto de ciudadanos del mundo que tengamos conciencia de lo erróneo de este tipo de economía, deberíamos colaborar con ellos sembrando ideas, desobedeciendo tendencias que ya parecen normas, como evitar demasiadas horas de TV, Hacer compras innecesarias, boatos innecesarios como bodorrios, comuniones, bautizos, puestas de largo de los quince años, cambios innecesarios de coches y de modelos nuevos y más caros; no seguir las directrices consumistas a ultranza.
No necesitamos de tanto como nos han querido hacer creer y el coste de ese consumismo desbaratado es demasiado alto.
Un fuerte abrazo.
Juan Antonio Torrijo : GRAJU
Valencia, 6 de noviembre de 2006
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