Siguiendo tu rastro eterno
voy recorriendo este camino,
que no es el tuyo ni el mío,
solamente es un simple desvío
Que nos lleva a esa tierra extraña
En donde se prohíben los sueños,
la dicha y el amor compartido.
Alguien me dijo que es mi condena,
y la tuya, por no haberme correspondido.
Mis pasos acrecientan mi propio martirio
pues a la condena de no verte
se suma la certeza de no tenerte
aunque te brinde todas las rosas,
alegrías, caricias y mis brazos como alivio.
No mires al cielo esta noche,
ni imagines las estrellas y la luna,
por que desde este lugar te digo,
que las robé todas para llevarlas conmigo,
anhelando encontrar ese alguien
que me ayude a olvidarte, mi amor querido.