Dame la mano, juega con mi corazón;
Quiéreme, engáñame;
Hazme llorar, hazme sentir...
Juega en mi pecho, sumérgete en mí;
Nota en mis labios el vacío que hay en ti...
Escucha el canto de mi voz,
Como un terrible alarido.
Acaricia mi cuerpo sin tocarlo,
No me imagines,
No suspires, no solloces,
Ya no estoy sobre ti.
No gimas, no hables, no me beses.
Apártate,
Déjame que me arranque la sonrisa de un balazo,
Detona en mis manos tu dulce corazón,
Mata entre mi torso el dolor.
Juega entre mis piernas y siente el vacío de tus manos,
Imagina estrellas en el techo negro,
Y fuego en el frío suelo.
Túmbame en la nada mientras me besas,
Mientras me besas de mentira,
Mientras la contradicción invade tu cabeza,
Mientras el pecho no te palpita,
Mientras mueres.
Vamos a arrancarme el alma, ¿me ayudas?
Vamos a morir por nada, ¿quieres?
Un día te soñé,
Y otro te imaginé.
Hoy te deseo y mañana te odiaré.
Sálvame de tus garras,
Las que me arañan el alma.
Sumérgete en mi pecho, se para mí.
Rodea mi cintura con tus brazos,
¿Estás cabalgando mi cuerpo, cabalgas sobre mí?
Deja de besarme, ya no puedo sentir tu sudor.
Deja que se vaya de mí, esta maldita contradicción.