Para serte franco
no hace mucho tiempo que te vi,
tres veladas suman tanto como lo que sé de ti
Y si acaso estos versos
tocan en tu corazón,
es que antes se encontraron
con mi pobre inspiración.

La alegría es de verdad
con los sueños que me das.

“Buenas noches, buenos días,
Buenas tardes ¿cómo estás?
Dulces sueños, dulces mangos
Y ¿a dónde me llevarás?”
Tus palabras me revelan
lo que guarda tu interior,
y yo soy como el mendigo
que un tesoro se encontró.

La alegría que me das
se hace vida y realidad

Pintaré de mil colores
las paredes de mi hogar,
rezaré un salmo de gozo
por el tiempo que vendrá.
Soñaré aún despierto
y no me olvidaré
que por ti llegaré lejos
y hasta el cielo besaré.

La alegría se hace paz
cuando encuentro tu mirar.

No quiero perder tus ojos
y aunque tenga que mirar,
no quiero no ver tu rostro
sonriéndome al besar

¡Si supieras que dicha!
La que vivo al contemplar-
te quiero a ti.