Sobre los “derechos” de los animales
... a los amigos de la verdad...
¿Alguna vez se han preguntado si los animales verdaderamente tienen derechos?. Si bien los animales son seres vivos, éstos no tienen derechos, no gozan del poder de adquirir y deber cosas, no pertenecen a la realidad jurídica ya que no pueden establecer relaciones de justicia. Es absurdo, en la actualidad y después de todos los tratados filosóficos de personalidades como Aristóteles, Santo Tomás de Aquino e incluso el actual Javier Hervada, hablar de derechos de los animales e intentar igualarlos al nivel de los derechos humanos. Pero, ¿en qué se basa la diferencia entre el goce y el ejercicio de derechos de los humanos y la falta de éstos en los animales?. La respuesta es simple, los animales no tienen voluntad ni libertad y los humanos sí. La libertad y la voluntad son el fundamento de la dignidad del hombre y, por lo tanto, el fundamento del derecho. Sabemos pues que la voluntad se basa en hacer lo que la razón te diga, no el instinto, y, los animales, al actuar por instinto, carecen de voluntad ya que no actúan con racionalidad. Ahora, la libertad es entendida como la capacidad de optar por el bien. Los humanos conocemos lo que es bueno o malo, porque tenemos razón y tenemos una deuda moral con todos los demás seres racionales. Los animales no pueden discernir entre lo bueno o malo ya que la moral no rige sobre ellos. He ahí la diferencia.
Luego, si bien no debemos maltratar a los animales, ésta abstención del trato malo no se funda en el precepto por el cual los animales tienen derechos. Se trata bien a los animales porque éste acto bueno perfecciona al hombre y lo hace virtuoso en su moralidad, ya que hace lo bueno y el hacer lo bueno lo hace bueno. Además, si bien la caza indiscriminada es un acto malo ya que se pone en peligro de extinción a los animales, a éste se le considera así no porque los animales sean sujetos de derechos, sino porque nosotros, los seres humanos, somos los que tenemos el derecho a un ecosistema estable para una vida viable y sana.
Por esto, vemos que los animales realmente son incapaces de establecer relaciones de justicia, no son sujetos de derechos ya que carecen de voluntad y libertad por su baja participación del ser: no son dueños de sí. Es correcto decir que los animales merecen un trato bueno, pero es absurdo afirmar que éste merecimiento se basa en los derechos que éstos tienen.
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