Latíamos ante una infinidad de expectativas. Una vuelta más nos hacía brillar, mientras todo giraba entre risas y gritos. Recuerdo al dueño enmarañando la sortija bajo esas manos hábiles; a mis primos en puja para ganar el desafío, mientras nuestros padres aguardaban ante ese olor dulce del aire.
Volví a mirar por la ventana con un dejo de tristeza; en el carrusel del parque, los caballitos se perpetuaban bajo el colorido de las luces como un fantasma de ilusiones ya cumplidas. Fue cuando comprendí que el camino no había sido en vano...
Cuanto me haces pensar no se que poner, solo mi admiración. un BESO gatelgto
31-01-2004
Tengo un primo que cada vez que subía al carrousel, bajaba convertido en un despojo, pálido y ojeroso y con su estómago a punto de devolverlo todo. Una cosa puedo asegurar: el jamás escribió esto ni tampoco estaría de acuerdo con el texto. Pero ese es mi primo. A mi me gustaban los caballitos y me identifico con esta lectura. Mis estrellas por ello... gui