Un granito de vida.
El vivir es mirar las cosas que encuentras a tu alrededor,
por cada lugar que pasas a cada instante de tu andar,
ver el cielo nocturno de octubre, la luna y las estrellas brillando intensamente,
entre las nubes ligeras por el aire que las mueve,
es como ver la tranquilidad del mundo en un manto inmenso que te envuelve,
sentir el aire cobijarte al lado, de aquel ser amado,
levantar un suspiro al aire por recuerdos que no pasan,
el llevar un sentir en la mirada, un gesto en el rostro,
ir caminando por el parque en la mañana de un día soleado,
ver los rayos del sol a través de las ramas de los árboles,
sentir que a cada paso que damos, sellamos nuestro andar en nuestra vida,
apreciar el sonido de los pájaros saliendo de entre los árboles para emprender su día,
correr por el camino, sin preocuparnos si en lagún momento nos vamos a caer,
porque somos vulnerables, y no sabemos que pueda pasar con nuestra vida.
Si en algún momento caemos, es cierto que nos duele,
pero es más fácil intentarlo porque el espíritu del ser humano es tan grande,
que las cosas más pequeñas son las que nos hacen más grandes,
el romper con el ritmo normal, el salir de lo habitual,
el percibir como cada vez que se eleva nuestro espíritu,
nuestro ser se enaltece gritando de emoción,
cubrir con nuestros brazos a los seres amados,
arrojarnos a la vida, como si el miedo no existiera,
y el temor no nos paralizará, entregando todo lo que tenemos por dentro,
esa chispa que emerge, que crece con el brillo del alma,
como si fuera una luz que incrementa con el pasar de las cosas,
es como si hubieran pasado varios días nublados,
y después se aprecía el día más radiante que hayas visto en tu vida,
y sientes como en cada respirar tu espíritu se llena de vida,
así es la vida, solo depende de nosotros como vivirla. |