“ PENSANDO EN TI “
Por fin sólo , ya se había ido toda la gente de mi nueva oficina, esta quedaba ahora en un barrio céntrico , era un edificio pegado a la calle de dos pisos , mi escritorio estaba en el segundo piso también pegado a la calle , claro que cuando se iban los que trabajaban conmigo yo apagaba las luces del primer piso y subía con un tazón de café humeante , encendía un cigarrillo y daba rienda suelta a mis pensamientos.
Hoy día viernes ya se escuchaban los pícaros murmullos de la noche y yo sin ti , entonces me dije: me haré un postre de tus recuerdos y me embriagaré con los vapores de tu cuerpo , ya tus claros ojos segados de pasión en mi mente , tu cuerpo pegado al mío en zambullidas cada vez mas delirantes , tus manos enterradas en las sábanas para no herirme de muerte con tus largas uñas bien pintadas y tu rígida, siempre aguantando un poco mas para que el volcán dentro de tu cuerpo no hiciera erupción todavía , tus pechos a punto de estallar , madura fruta en un árbol con salvajes movimientos como si el viento resoplara a mil nudos por segundo pero que no era capaz de botar ni la fruta ni el deseo , de tu boca el polen que endulzaba la mía ... yo ya estaba embadurnado desde el pelo hasta la punta de los pies de tu aroma dejado en mi piel hace mucho tiempo , pero con solo pensarte lo tenía fresco en mi mente...
De pronto un ruido me distrae de tan hermosa añoranza justo debajo de mi ventana escucho risas y susurros , era una pareja apostada en el poste sin luz que estaba frente a mí ventana , trato de escuchar pero no puedo oír bien , me muevo despacio hasta el equipo de música que tocaba muy despacio una de nuestras canciones preferidas y lo pongo aún mas despacio, luego me acerco al interruptor y apago la luz, como un gato sigiloso vuelvo a la ventana y descorro suavemente el vidrio, ahora sí sus voces se escuchaban y hablaban cosas universales al Amor y todo esto era como autoinferirme heridas fatales pero lo disfrutaba y seguramente eran la antesala de algo mejor, en efecto a pocos metros de aquí un Motel... de pronto él te nombra y yo bajo brincando a tropezones las escaleras hasta el primer piso alzo la persiana y te veo caigo desangrado...
Hace pocos segundos yo te tenía pegada a mi cuerpo en un loco vaivén.
Patricio Ignacio Fernández
patriciofer@tie.cl
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