De repente me encontré con su cara puesta al sol
Y los pechos al descubierto
Y aquellos pezones con sabor a hostia que generosamente me obsequio
Y al mirarla comprendí que no era solamente
Una mujer
Me encontré de repente extasiado
De ver como el cosmos entero
Se pudo sintetizar en una figura de mujer
Y como ahora me prodigaba sus caricias,
Caricias que me sabían a dulces bollitos con miel…
Sentir el tibio calor de su piel
Me desbordo de emoción
Que apenas pude contenerme las ganas de llorar
Era como dejarse abrazar por la aurora boreal
O sentarse a comer un sándwich de cottage
En la cima del Everest
Y así nomás en un solo suspiro me encontré
De pronto al final del arco iris
La olla de oro reluciente enfrente de mi
Y entonces si ya no me contuve
Me apresure a liberar el fuego sagrado que da razón a la existencia
Rodeado de un caleidoscopio de todas las cosas hermosas que te puedas imaginar
Luego de nuevo la mire y me dije para mis adentros
¡Que de cosas suelen decir unos ojos bellos!...
Texto agregado el 03-11-2006, y leído por 221
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Lectores Opinan
04-04-2007
Inútil destacar La fuerza expresiva, resulta una obviedad. Algún exceso en el uso de la primera persona le dan cierto matiz coloquial, y no resulta del todo malo hacerlo. El remate es excelente.
ergo (4*) ergozsoft
24-11-2006
umm q linda manera de expresar un orgasmo de amor, desafortunamente tu no eres el de mi cuento ni yo la protagonista del tuyo, pero no queda mas q imaginarlo 5* lupechik
09-11-2006
vaya que forma de piropear, de adular. un poema extremistamente romantico o quizás con matices casi sarcásticos. entretenido d-mind