Una mañana de Julio preferí no despertar, quedarme atado
Al aliento que ascendía desde tu lengua,
Aferrarme a ese manzano que desde la espesura de mis
Sesos escuchaba mis Miserias.
Tenía derecho a dividir tu cosmos en dos y obsequiarle una mitad a nuestro Creador.
Me sentía libre…
Podía odiar a esa sombra que robo mis fantasías
De chiquillo,
Convertir tus rosas en Licor de sangre
O bien otorgarte un orgasmo con mis uñas de cristal.
Nuestras sabanas estaban limpias, no necesitaba más equipaje
Que mis ansias de creer en el mundo libre.
Fue un Julio extrañamente soleado.
Fue en una aurora carmín
Sonreía sin pensar en el peso de
Los dientes, solo sonreía por que
Necesitaba despojarme de tus malignas sensaciones.
Ignore tus lloriqueos subliminales e iracundos.
¡Me rehusaba verme al espejo otra Puta madrugada
Y darme cuenta que ese rostro no me pertenecía!
Ni si quiera gasté un último latido de despedida.
¡Simple!… No desperté.