Mi poesía está taciturna en mi plato vació,
Y mis lánguidos ojos tuertos de hambre
Advierten casi con un desdén vesánico,
Su cóncavo inmenso de soledad.
No obstante, una asordante monotonía
De aguacero silencia estrictamente
a un desabrigado coral imberbe.
Mis hermanitos corean su yaraví
En medio de un árido y sombrío huerto,
Al otro lado de mi soledad…
II
Hay una piedra que solloza tras mi hambre
Y no hay pan que auscultar en la cruz.
Solo un minúsculo fragmento de coca
Adorna este harapiento sombrero de aldeano.
Sabrá el más humilde fraile o el más humano aristócrata:
Que en el mas recóndito soto de su celebre país,
Hay un proletario desempleado que llora contemplando
Su plato huérfano de guiso.
Texto agregado el 03-11-2006, y leído por 131
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
02-03-2007
la realidad de unos...puede contra la ilucion de muchos otros... Maggie_Lee
04-11-2006
muy real me dejo un nudillo en la lengua [****** PUCCA_PSICODELIC
03-11-2006
"Solo un minúsculo fragmento de coca
Adorna este harapiento sombrero de aldeano"... cosas ke marcan la vida de provinciano,
saludos y gustaso leerte blindman
03-11-2006
muy bueno 5* mari-posa
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