Aquí nomás, muy cerquita
hay un paisaje encantado
por el nombre que le han dado
podrá usted imaginar
como será ese lugar
con su flora tan bonita:
Se llama Primeros Pinos
y lo conocí nevando
cuánto he gozado mirando
como en un cuento hadas
la cordillera nevada
en ese suelo argentino.
Se levanta tan hermosa
donde se achica el desierto
alcanzando el cielo abierto
cordillera majestuosa.
Pienso que es un mensaje
de la palabra Divina
una bandera argentina
azul y blanca en su traje:
un azul de cielo puro
con la nieve como manto.
El paisaje con su encanto
va tejiendo su seguro
remedio pa la tristeza:
hasta las almas más duras
olvidan sus desventuras
contemplando tal belleza.
Más arriba una vertiente
que se desprende en cascada
aparece de la nada
generando ese torrente.
Más abajo, todo el valle
donde la vista se pierde
bajo los pinos tan verdes
maravilloso detalle:
pueden verse las majadas
de cabras en plena marcha
retozando entre la escarcha
contentas, como si nada.
Se me hace, en mi ignorancia
que nosotros, los humanos
no somos nada, y ufanos
molestamos como insectos,
creyendo en nuestro intelecto
soberbio, desde la infancia.
La sabia naturaleza
nos demuestra a cada paso
que solo estamos de paso
exigiéndonos respeto:
el planeta es nuestro gheto,
y disculpen la simpleza.

ergo

Son algunos versos espontáneos, rescatados de la mesa redonda, y cuya autoría comparto con esos amigos.