Llevaba la ira en el pecho.
Una ira tan grande de la manera en la que uno piensa que dios es grande.
Miraba con furia a su estupida hermana poner el arbol de navidad el primero de noviembre.
La odiaba. Era en esos momentos en los que deseaba despotricar contra ella hasta que se le acabaran las palabras.
Era una rabia contenida, que funcionaba en ocaciones como una olla express, pero sin el pitorrito para avisar.
Era una bola tempestusa, que una vez liberada, seria capaz de romper piel y hueso. Fracturar el alma y dejarla asi.
Un día seriá asi; pero cuando?
La ira, como ella, no juega con dados. Lo tiene todo planeado.
Para el final
Texto agregado el 02-11-2006, y leído por 102
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Lectores Opinan
02-11-2006
me gusto...expresa muy bien tu vision sobre la ira. que es muy cierta...pobre de esa rubia o¿ pobre de ti por tu incertidumbre? ....besos herms_weasley
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