No se si hay mas tristeza en una casa de locos, o en un asilo de ancianos, solo se que esta historia que les narro a continuación sucedió mientras que voluntariaba mi tiempo en un asilo de viejitos que lo que mas ansiaban era conversar, contar sus historias, esta particularmente me marco la vida, me dejo fuertes huellas en el alma...
Tai Ching, una viejecita de la cual nunca supe bien la nacionalidad, creo que era japonesa, no estoy segura, se mecía en uno de los sillones despajados del portal, yo tratando de brindarle un poco de compañía me senté en la baranda mientras me tomaba un te de manzanilla, ella me miro pero la mirada estaba perdida casi como si no me viera, como si en mi cara hubiera otra persona a la que ella se dirigía con intensidad, dijo algo en su lenguaje el cual desde luego no entendí, le explique que solo hablaba español, ahora en mi lengua, me contesto que ella también lo hablaba y sin mas ni mas paso a decir cosas que en aquel momento yo estimaba incoherentes...
-Quiero morir con los pies lavados en la casa de Mr. Chang...
Me quede perpleja sin saber que contestar a tan absurdo comentario... la mire sin saber que decir, ella insistió...
-Por favor llámalo, díselo, dile que quiero morir con los pies lavados en su casa, junto a el..
-Tai, no se que quieres decir...
Tratando de distraerla intente algún juego de mesa…
-Quieres que juguemos a las damas chinas?...
Que iba a saber yo que ese cometario dispararía la mente y la lengua de aquella mujer, pequeña en estatura pero aparentemente con un inmenso vocabulario...
-Damas chinas?.... son todas unas rameras!...
-Pero Tai!... no hables así... que pasa mujer?...
-Pasa que esa que se hacia llamar una dama, me quito lo que mas quería, aunque el es tan culpable como ella, el no supo quererme!...
Yo era la primera del harén de Mr. Chang!... como podían ellos hacerme esto?....
Dicho esto, su cara se transformo en una mueca de dolor y volvió a decir…
-Llévame... quiero morir con los pies lavados en la casa de Mr. Chang... por favor llévame!...
Con estas palabras Tai, comenzó a llorar, un llanto tan verdadero como la lluvia que caía lentamente, la ayude a levantarse, y la lleve hasta su cuarto tratando de calmarla lo mejor que podía...antes de dejarla allí me miro a los ojos profundamente y entre sollozos me dijo
-Nunca ames a nadie mas que a tu propia vida…nunca!
Me fui después de haberla arropado y aunque despierta se veía tranquila…
Al día siguiente cuando llegue al asilo, me fue informado que Tai había muerto la noche anterior, habían encontrado su cuerpo aun con lagrimas en los ojos recostada en la cama, sus piernas colgando hacia abajo y sus pies, sumergidos en una cubeta con agua fría...
Sentí un dolor mas que físico por la partida de aquella ancianita a la que había tratado de ayudar, no entendía que le había pasado.
Días después investigando sobre la cultura oriental, descubrí, que los hombres de esos lugares, podían tener varias mujeres a la vez viviendo bajo el mismo techo, pero que solo la que amara verdaderamente tenia un tratamiento especial, todas las noches antes de hacer el amor con su hombre, venia una sirvienta y le lavaba los pies como ritual de un amor limpio para su dueño...
Cerré aquel libro de investigación y llore con un llanto amargo, al fin comprendía... Tai, había muerto de amor!!!...