« Pater Noster qui es in coelis...

Es domingo y todo el mundo se dirige al templo del lugar a comulgar sus penas. Partiendo por la gorda, sí esa misma, la de la tele. Esa gorda que transpiraba más que mi hermano después de un partido de fútbol, y eso que ni él mismo se aguanta. Ah claro... y ahora camina derechito al altar con la frente en alto. Con qué devoción se arrodilla y pide quién sabe qué. Desde luego, está más que claro que no le bastó haberle roto (a puñetazo limpio, bajo, alto y del centro izquierda también, menos de derecha... con esa, con suerte, se defendía) la mandíbula a la pobre vieja curada que le había quitado un par de gambas a la salida del evento.
Ah, pero es que al lado está sentada Alejandrita, que la mira con cara de orgullo. No, si todos lucen santitos en este lugar. Hasta el psicópata de Alto Hospicio es mi hermano acá.
No puedo creerlo. Bajando los peldaños, viene caminando esa cabra chica que le robó al tipo que estaba parado al lado mío. Cabra de mierda, iba pasando por al lado y me llegó a mi la chuchada. ¿Y a ti? Obvio que ni te importó. No padre, a esa ¡dele una gillette para que se corte la lengua!

Estoy cansada. Hoy vino el abogado y me dijo que recién el Miércoles podríamos hablar con el fiscal a cargo. Yo no hice nada. Sólo me defendí. ¡Carabineros! Bastó que la flaquita esa le mostrara las piernas y se dejara tocar para que a mi también me metieran en el mismo saco junto a estos indecentes. ¡Qué diría Mary Rose si se entera de esto! ¿Fue en defensa propia, cierto? Si ni siquiera sé dispararla. ¡Se disparó sola!
Bueno, está bien, me tenía alterada. Y por lo demás, no creo que nadie la eche de menos. Una mocosa mal criada como ella... no. Le he hecho un bien a la sociedad.

¡Ay! Me perdí...
...et dimite nobis debita nostra sicut et nos dimitimos debitoribus nostris...

Ya vas a ver, a penas venga Hugo a sacarme, haré que te comas tus palabras vieja rota y picante...

¡Guardia! ¡Guardia! Estas mujeres me están amanzanado... ¿Guardia?

¿No les dije que lo de la pistola fue sin querer?
Sólo quería asustarla...

¿Qué? ¿Me estás diciendo eso a mí?

¡Ah no! Esto no se va a quedar así... ¡Guardia!

¿Ah no? Entonces voy a gritar más fuerte!

¡No! ¡Déjenme! ¡No hice nada! ¡Soy inocente!

¡Inocente!

¡Ella se lo buscó!

¡No! ¡Perdón! No quise decir eso... ¡perdón les dije!

¡Guardia!

...

...sed lieranos a malo
Quonian tibi sum malchut et jeburah et shesed per aeones, amen.»