Dedico esta poesía:
Al huérfano suicida
Al aristócrata admirable
Al farandulero sin vida
Al fraile en su libido momentáneo
Al extravagante aventurero en su lasitud
Al político ajeno a su poesía
A la madre pulcra en su añoranza familiar
…A todos lo hombres muertos y a los que aun
pueden cavar sus tumbas.
En este curvo camino de vida,
ya uno se siete pluma añeja
escribiendo un soneto en la naturaleza;
y cuando la tinta carmín obvia de apoco
las rimas, somos pues, un soneto roído.
…y yo voy por el camino, queriendo ya morir,
Impaciente de conocer a Dios y mecerle su treno,
Narrándole como sufre el átomo de su creación.
(Espero pues que no me trasfiera al infierno)
Texto agregado el 31-10-2006, y leído por 122
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
31-10-2006
Diferente BajoCero
31-10-2006
No creo que te mande al infierno, lo má probable es que te vuelva a la vida a continuar lo que hayas dejado sin hacer.Saludos omenia
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