Los Diarios del Hoyo

Día 1

Hoy en la mañana tuve una fuerte discusión con mi jefe. Él se niega a reconocer que yo tengo la razón en este tema, que mi solución es la que va a mejorar nuestra productividad y que lograremos mantener los proyectos bajo los costos presupuestados. Él insiste en seguir haciendo las cosas de la única forma que él sabe hacerlas. Es increíble la forma que argumenta estupideces para evitar reconocer que soy yo quien está en lo correcto o para evitar reconocer su incapacidad para el entendimiento de mi propuesta.

Tenía tanta rabia que necesitaba descargarla de alguna forma. Al volver a mi casa por la noche tomé una pala y me dirigí al patio trasero de mi casa. Escogí un espacio entre un par de árboles frutales y comencé a cavar. No tenía intenciones de enterrar ni desenterrar nada, sólo deseaba cavar y mantenerme ocupado. Quizá si quería enterrar algo: mi rabia con mi jefe.

La terapia de cavar me funcionó, creo que lo había leído en algún libro que trataba sobre el manejo del stress, en donde recomendaban el ejercicio físico, ojalá extremo, como una forma de relajar el cuerpo y la mente. En ese momento, mientras cavaba cada vez más profundo, me decidí a demostrarle a mi jefe y a todo el mundo que estaba en lo correcto. Me voy a gastar tiempo extra en hacer el trabajo por duplicado, aplicando su método y el mío y luego compararé los resultados para reírme en su cara.


Día 2.

Hoy me percaté que el trabajar por duplicado cansa la mente el doble. Estoy avanzando en mi demostración hacia mi jefe pero no estoy seguro de poder soportar el ritmo. Voy a continuar con mi terapia de cavar pare refrescar mi mente.

Es extraña la sensación de excavar tierra que uno sabe que ha estado ahí por mucho tiempo, quizá cientos o miles de años. ¿Qué tal si hay un cementerio indígena bajo el patio de mi casa? Este tipo de reflexiones, junto al esfuerzo de cavar me hacen sentir bien, me río de lo que me sucede y quedo preparado para un nuevo día de doble esfuerzo.

Día 3.

Hoy ocurrió una emergencia en el trabajo. Habíamos interpretado mal algunos de los requerimientos iniciales del cliente en el proyecto en que trabajamos y recién nos percatamos ahora que llevamos avanzado más de la mitad del trabajo. ¿Saben lo que eso significa? Que voy a tener que trabajar tres veces más, además de la normal: la que estoy intentando demostrar, una más por el retrabajo por causa del error, y la última es mi intento de demostración aplicado al retrabajo producto del error, porque si quiero demostrar que mi método funciona, debo también demostrar que se adapta a ese tipo de situaciones.

Hoy si que necesitaba cavar más que ningún otro día. Mientras escribo estas líneas, aún siento el dolor en el brazo y la espalda, pero mi mente está descansada. Definitivamente vale la pena el esfuerzo de seguir con la excavación. Como estoy llegando tan tarde desde el trabajo, tuve que instalar luces en los árboles que están sobre mi excavación para poder ver lo que estoy haciendo.

Hoy avancé más que los otros días y la profundidad del hoyo sigue aumentando. Encontré restos de una vasija de greda que retiré cuidadosamente y la guardé para mostrársela a algún amigo que entienda del tema. Me parece increíble lo que estoy haciendo, aunque aún no me atrevo a comentárselo a ninguna persona.

Día 4.

Estoy cansadísimo, pero contento, porque nos logramos colocar al día con el retrabajo que fue necesario para corregir el error. Creo que estoy demasiado agotado para cavar hoy, pero de todas formas voy a visitar el hoyo de mi patio.

Me siento estúpido al escribir esto, pero me quedé dormido dentro del hoyo, cuya profundidad sobrepasa ya mi altura. Me acomodé en el fondo a descansar y desperté luego de un par de horas. Me reí de mi estupidez, me desperecé, tome la pala y finalmente seguí cavando.

¿Y si encuentro petróleo? Se acabarían todos mis problemas, me compraría la compañía en la que trabajo, despediría a mi jefe y la volvería a vender inmediatamente para olvidarme de ese trabajo para siempre.

¿Y si encuentro un fósil de una nueva especie de dinosaurio, o del eslabón perdido? Escribiría un libro sobre el tema, viajaría por el mundo dando charlas, juntaría mucho dinero para comprar la compañía y despedir a mi jefe.

Día 5.

Las cosas están funcionando muy bien. El trabajo en paralelo que estoy realizando para probar mi nuevo método está avanzando más rápido de lo que yo mismo esperaba. Ya incluso llegué al mismo punto que el trabajo por el anticuado método de mi jefe, y deben considerar que comencé a aplicarlo hace sólo 4 días. No puedo esperar ver su cara cuando le muestre los resultados. ¿Quizá debería saltarme a mi jefe y mostrarle los resultados directamente al dueño de la compañía? No lo sé, de esa forma me perdería la oportunidad de restregárselos en su cara. Voy a consultarlo con el hoyo de mi patio.

Qué bien se siente el cuerpo después del esfuerzo físico y una vez que los músculos ya están acostumbrados a la misma tarea. Hoy encontré unas pequeñas figuras de cobre con formas de extraños animales. No sé si serán de alguna importancia histórica o sólo juguetes del algún niño que vivió acá hace unos cientos de años. Algún amigo tendrá que descifrarlo. ¿Y si las figuras son importantes y resultan valer millones? Ya lo saben: me compro la compañía para despedir a mi jefe.

Día 6.

Ya casi estoy terminando el proyecto usando mi nuevo método. Me siento ansioso por mostrárselo a mi jefe y ver su cara. Va a ser un momento genial.

Para poder continuar trabajando en el hoyo tuve que instalar luces dentro de él y fabricar una escalera de cuerdas. Ya casi duplica mi altura y estoy tan orgulloso de él como de mi nuevo método para el trabajo. Creo que van juntos, en paralelo demostrando algo que aún no sé bien qué es. Quizá sea mi perseverancia la que está en juego en ambos proyectos.

El trabajo de hoy en el hoyo fue difícil. Por un momento me sentí ilusionado cuando la pala chocó contra algo duro. ¿Qué sería? ¿Un cofre con un tesoro que me permitiría comprar la compañía y despedir a mi jefe? Era una gran roca. Me tomó horas desenterrarla y casi no avancé en la profundidad. De todas formas me siento bien por haber conseguido sacarla y poder continuar mañana con el avance en profundidad.

Día 7.

Como se habrán dado cuenta, estoy trabajando en ambos proyectos (en la compañía y en el patio de mi casa) sin descansos dominicales. Mi proyecto en la compañía está casi listo usando mi método y creo que mañana ya podré presentárselo a mi jefe.

El trabajo en el hoyo estuvo también de maravilla. Avancé más que nunca y creo que me estoy acercando. ¿A qué me estoy acercando? ¿Me acerco al final? ¿Al final de qué? No lo sé, pero creo que es algo importante. ¿Cuánta gente conocen ustedes que haya cavado tan profundo como pueden con sus propias manos y analizando todo lo que extraen? Yo tampoco conozco a nadie más y no se me ocurre por qué nadie lo ha hecho. Estoy seguro que voy a llegar a descubrir algo extraordinario.

Día 8.

A media mañana terminé el proyecto en la versión que usa mi método. Mi jefe no lo podía creer. Lo primero que hizo fue amenazarme porque no había cumplido con mi trabajo normal, el que él me había solicitado, o sea, usando su método. Se puso furioso cuando le mostré todo el trabajo duplicado que llevaba realizado con su método. Le salían chispas y me echó de su oficina. Me imagino que tendrá que hacerlo público y se decidirá por entregarlo al cliente. Es la única forma que cumplamos con los plazos para el proyecto ante el cliente.

Hoy cavé y avance bastante. Sigo sintiendo que ya casi llego a algo. El color de la tierra cambió bruscamente mientras descendía y se colocó bastante más dura. Mañana va a ser difícil continuar, pero como creo que falta poco (aunque no sé para qué) no me importa mucho.

Día 9.

Jamás se me habría ocurrido que mi jefe podría llegar a ser tan aprovechador. El muy imbécil entregó el proyecto al cliente y lo presentó ante el dueño de la compañía como una innovación en la que él llevaba trabajando meses, “su nuevo método”lo llamó, mientras todos lo aplaudían. El idiota comentó en su informe al dueño: “Asumí la responsabilidad y me atreví a usar mi nuevo método en este proyecto porque con la forma tradicional no lo habríamos conseguido, a pesar del esfuerzo de nuestro personal. Estoy seguro que las innovaciones que este nuevo método introduce aumentarán la productividad y mejorarán la rentabilidad de nuestra compañía en los proyectos futuros”. “De nuestra compañía” se atreve a decir el muy tarado. ¿Acaso esperará que lo nombren socio gracias a mi trabajo? ¡Que se meta su informe por el culo! ¿Dónde está mi pala?

Fue una suerte que la nueva capa de tierra estuviese más dura, eso me obligó a descargar la pala con más fuerzas que nunca. Terminé de cavar cuando mis músculos se negaron a moverse y ahora me cuesta trabajo hasta escribir estas líneas.

Varios días después.

No sé si reírme o llorar con lo que ha sucedido desde la última anotación en este diario. Primero les comentaré que tapé el hoyo y sólo quedan de él como recuerdo unos trozos de greda y un par de figuritas de cobre que prefiero no saber qué son. Tengo estos recuerdos lo suficientemente escondidos para que nadie los vea, no quiero tener que explicarle a alguien todo lo que ha sucedido en estos días.

Finalmente el proyecto que realicé aplicando mi nuevo método fue entregado al cliente, quien lo colocó inmediatamente en funcionamiento. El resultado fue un fracaso. Todo falló y debo ahora reconocer que el método tenía errores básicos que hacen imposible que un proyecto funcione luego de aplicarlo. Finalmente tuve que retomar el proyecto a medias que estaba realizando con el método tradicional y terminarlo, trabajando quince horas diarias en él. Fue un esfuerzo muy grande pero tenemos otro cliente feliz. Gracias a todo lo sucedido, y gracias a que logré salvar nuestra imagen ante el cliente, el dueño de la compañía me nombró a mí en el lugar de mi jefe y, lo mejor de todo, es que él fue despedido.

Jota