De un bailarín en una silla Aprendo a ser paciente A ser más indulgente Con mi cuerpo de cartón. Los dedos de un cegado Riegan petalos de flor Delicado roce alado Para leer el corazón. Musico ensordecido Por tocar notas de amor ha perdido medio oído: El cuerpo es su canción. Una niña abandonada Entre guerras y motín Se ha vestido de princesa Olvidando su fusil. ¡Quien quiere perder clase Si te enseñan a soñar!
Texto agregado el 31-10-2006, y leído por 102 visitantes. (0 votos)