se agitan cuerpos movedizos. subrayan en agua y se encarnan en tierra. se agitan cuerpos exaltados, socavados.
uno de ellos abre la boca y salen jirones de piel. el otro lo mira, desnudo en su totalidad, y comienza a ponerse azul, hostil. gira para ver si se han ido, vuelve a girar para incrustar en sí mismo la situación adyacente.
se agitan cuerpos movedizos, laguna occipital. nacen de un vientre carcomido, y después de despertar notan que la vida se les ha ido en vano, que el otro cambió caminando por san diego y el muro cortafuegos no permite la entrada de aire ni sonido. se caen, rotan constantemente pero siguen siendo movedizos, siguen precipitando hacia la pendulación vertical, hacia el infinito paralelo del reloj y el tic tac.
se agitan cuerpos movedizos, antes entre sí. se desune el cráneo de la luz parpadeando, hasta casi desaparecer el registro leve, frágil de letra de tinta. se desatan, se zafa cuerpo del otro, otro de mente, mente de pecho, pecho endurecido, agrietado de tanta espera y de tanta mirada de reojo, pantalones café, marco cuadrado.
cuerpo a la deriva, tiene rígidos los dedos de los pies y la columna siempre en noventa grados.
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