As de espadas..., señor creo que he vuelto a ganar, el hombre manco frotó su barbilla con vehemencia, solo le quedaba un titulo el cual jugar para poder recuperar su casa y su honra...., su esposa, después de pensarlo mucho, sacó de su bolsillo una prenda femenina, y la arrojó en la mitad de la mesa, esta hecho, juego...., el tahúr se quedo estupefacto ante este acto de valentía, por parte del desaforado hombre..., tomo la prenda, la llevó a su nariz y acepto la apuesta, jugo de nuevo y volvió a perder, esta bien no me queda nada, cumpliré mi última apuesta, pero por favor devuélveme mi casita....., el tahúr frunció el ceño, pero al oler la prenda nuevamente, aceptó de inmediato......, el hombre aseguró al tahúr que su esposa estaría en la esquina recostada en un barril esperándole.......
El tahúr se dirigió a la esquina con un paso frenético y no observó el barril......, pero supuso que podría estar doblando la esquina, el corazón del tahúr empezó a latir, porque su gran suerte en el juego, no era igual a su suerte en el amor, y por demás ya todo estaba dado!!!........, dobló la esquina y encontró el barril con la mano del manco haciendo un gesto inmoral con sus dedos, una nota:
“Señor tahúr aquí le dejo a mi esposa, es la compañera más fiel que he tenido en mi vida, le recomiendo que le ponga las pantaletas, para que se vea más bonita, procure ponerle hielo en cantidad que a ella le excita y las pantaletas cambiaran de olor “según su uso”, muchas gracias por todo, y me la cuida bien.......”
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