Existirá realmente esta especie de hilo de plata que une a nuestro cuerpo con nuestro yo más profundo… ese que según parece no existe en un tiempo ni en un espacio sino que va existiendo en el transcurrir del tiempo y visitando diferentes espacios. Una especie de cordón umbilical que nos une con eso que nos hace partícipes del todo, así como nos unió a lo que fue “nuestro todo” cuando estábamos dentro de la panza (hace más o menos años).

Una maraña de hilos cruzándose en el espacio; a reírnos de Internet!!

Y si en el camino de vuelta uno se confunde de hilito y se mete en otro cuerpito??? Más vale no alejarse demasiado, por lo menos hasta asegurarse de reconocer el hilito propio.

Parece ser que el cometido de dicho cordoncito es ayudarnos, (por lo que pude leer) a que nuestro cuerpito astral tenga independencia por un rato del físico y esa independencia sea ilimitada en lo que al plano astral se refiere… o sea que pasee tranquilo por todo el espacio definido por 3 puntos astrales no consecutivos y que pueda volver sanito a su lugar de origen (bueno, de origen transitorio… nuestro cuerpito físico).

Sumamente complicado, casi me da miedito irme a dormir, miren si en una de esas entre tanto descanso nos enredamos con el cordón de un dueño poco grato!!!. Más vale sonreír y disimuladamente pegar pequeños tirones… no sea que en el afán del escape se nos apriete el nudo o se nos rompa el cordón!!!

Será eso lo que me impide levantarme en hora algunas mañanas, creo que si… pensándolo bien... debe ser la lucha por encontrar la vuelta que desenreda el ovillo… Por eso debe ser, que cuando nos despertamos de golpe y porrazo, quedamos como atragantados… tratamos de digerir el hilo que se vino con los nuditos… esos que en el tirón quedaron sin desatar…

Buenos sueños… y vuelvan despacito… sin chocarse… nooo, por ahí no, que se arma lío…ojo… cuidado con los nuditos…
Isela