Es muy fácil decidir, lo difícil es tomar la decisión correcta.
Es muy fácil ponerse metas, lo difícil es cumplirlas sin demasiadas desviaciones.
Es muy fácil destruir, obras, ideas, proyectos, lo difícil es construirlos.
Es muy fácil caer, ser dócil, dejarse llevar; lo difícil es levantarse, pensar por uno mismo, desafiar tradiciones.
Es muy fácil el egoísmo de la soledad, lo difícil es encontrar el equilibrio en las relaciones,
Es muy fácil sentir que siempre hacemos lo correcto; lo difícil es decir me equivoqué… colocarse de vez en cuando en los zapatos ajenos, mirar la vida desde otro ángulo.
Es muy fácil pelear, hacer llorar, hacer que otros se sientan desdichados; lo difícil es levantar a un amigo, hacer sonreír y darle esperanzas al que está triste.
Es muy fácil ser despreocupadamente uno mismo; lo difícil es seguir siendo como somos permitiéndonos y cuestionándonos las intervenciones de otras personas…
Tal vez en esta marcha dejemos muchas veces de ser y pensar como lo hacíamos. Es la única forma que tenemos de crecer, de cambiar … lo bueno es seguir siendo en esencia y “preocupadamente” uno mismo.
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