TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / lennysa / SOLO EN INVIERNO

[C:247741]

SOLO EN INVIERNO
Diciembre 21, año 1:

La vida tiene sus contradicciones. Hay veces en las que uno se siente tan solo, tan solo, a pesar de estar acompañado. Aquí estoy, dentro, con mis problemas y mi conciencia, casi tranquila, casi—repito- pues en ocasiones me atormentan los fantasmas que se pasean libremente por allí y me acompañan.
Quizá mi soledad, sea un estado del tiempo que debo superar, con práctica, o una manía de ejercicio constante, casi vital, para seguir existiendo. Escucho a la gente que pasa, camina, corre o se detiene… Alguien abre la puerta. Me imagino ¿cómo será su color de voz?
-Es gris -me respondo.-
Pienso en el cielo debe estar gris también, lo siento así, desde este lugar. Aquí solo se ve lo que uno se inventa con constancia y esmero ó con mañas y artificios-uno más elocuente que el otro- Esa es la única manera de sobrellevar esta situación y de permanecer vivo en este lugar. Mi estancia aquí es más que casual, lo que hice, lo hice, y…ya nada puedo cambiar.

Enero 15, año 5:
Hoy, amaneció de otro color el día. Llueve. No puedo ver, pero escucho, desde este lugar, escucho. Es curioso, pero ahora, me duele menos estar aquí. Me he acostumbrado al constante sonar del reloj que está allí al fondo del pasillo, pasillo que tampoco puedo ver. Estoy con más soledades que ayer. Mis manías también cambiaron.
Me divierto mirando el hilo de luz que se cuela por la única rendija de la ventana que jamás he visto abierta.
-Esto es cruel-me digo-
Y mi conciencia se burla de mí y me responde irónica y secamente:
-Te lo mereces.

Diciembre 23, año 10:
No tengo conocimiento de lo que sucede en el mundo hoy. Dudo, realmente dudo, pues…no se que día realmente sea hoy…ó ¿será que quiero olvidarlo? Hay cosas que se deben olvidar de vez en cuando. Ya no se si existen mis fantasmas, si existo yo. Me pregunto:
-¿Existo?
No hay respuesta. Ni siquiera el eco de mi voz regresa a mí. Huye, escapa adolorido de aquí. Estoy en un caótico estado de desesperación, ya mi alma no es mía, camino…contando los pasos aguardando que alguien por fin venga y me pregunte: ¿Está mejor hoy?... pero nadie llega, ni llegará jamás, aún no me acostumbro pero lo se. Esa etapa de aceptación es trágica y desgarradora, es mucho más hiriente, pues te cubre todas las fibras de tu cuerpo y te atrapa y te hunde en una soledad que muta y se transforma en la soledad de todos.

Enero 6 año 15:
Ese señor me mira y se detiene.
-Hola, ¿Cómo está?, -Bien, gracias. –Que te vaya bien, -Igual.

Son voces, mis voces, para distraerme un poco y matar el tiempo que me acaba. Estoy aquí, frente a un cuadro vulgar, que imita un espejo…por si acaso…
-Dicen- No es la manera como pienso resolver esta cuestión, no es mi estilo. Estoy aislado, indudablemente, pero cuerdo, aunque crean lo contrario. ¿Mi familia? Quizá la tuve.
No recuerdo, hoy, no recuerdo…ó ¿Será que no quiero recordar? Alguien camina de nuevo, con paso lento y se detiene cerca pero aún alejado como para distinguir quien es. Conozco esos pasos, ciertamente son iguales a aquellos pasos que escuché hace tiempo y que los tengo aquí sonando como tambores en mi mente. Me producen ansias, esos pasos, susto, incertidumbre… El vigilante abre la puerta, avanza con lentitud hacia donde estoy: Se detiene. ¿Quién es?-Pregunto- escucho voces, muchos sonidos, que se confunden con los pasos que me atormentan. Alguien que dice:
-No mire, por favor, no mire.
Pero el otro, ese otro que no puedo ver pues me he encerrado en mi interior para librarme de sus pasos, y que no quiero saber quien es… mira, llora y se marcha.

Diciembre 15, año 20:
Al menos hoy puedo entender el por qué de muchas cosas. La vida, te da miles de vueltas que…parecen parar en un mismo sitio pero no es así del todo pues algo cambia…
Intento imaginar como está el cielo hoy. ¿Despejado? ¿Nublado? Dudo de lo que es realmente cierto o no. Siento, que alguien se acerca y me dice algo que no puedo entender al oído y suspira.
Una lágrima corre por su mejilla como descubriendo un nuevo horizonte y encontrando algo que ha perdido. Dejo que ese instante-Creado por mi memoria- me llene y me de fuerzas para seguir viviendo aquí y así.
A veces, la espera es eterna para los que aguardan.

Enero 10, año 25:
Ya. Terminó. Solo recuerdos grises me acompañan. ¿La tinta? Hace días se ha acabado…ahora escribo frases que nadie leerá jamás, frases en los rincones con tinta invisible frases intangibles e indestructibles creadas en decadencia, frases eternas que nadie verá jamás y que se las llevará el viento y saldrán volando, alto…lejos, muy lejos de aquí. Ya mis fuerzas están agonizando. Ahora solo soy una masa deforme que no puede con tanto dolor y tanto llanto. Mis ojos se cansaron de llorar y hace tiempo me abandoné al olvido y al silencio inminente. Nadie me ha escuchado ni me escuchará jamás, ¿Entonces? ¿Qué querían que hiciera con tanta soledad? No pude más y tuve que tragármela de a pedazos, para que me dejara espacio libre para seguir siendo… seguir siendo, ¡JA! ¡Que locura…!

Diciembre 9, año 30:
Hoy volví a escuchar los pasos que eternamente han sido mi única esperanza de vida… ¿Qué ironía verdad? Yo sigo aquí, con los pasos gastados, pasos que me dediqué a no dar más, pues el piso está malgastado y herido de tanto andarle por encima y mis pies…ya no tengo pies. Soy una masa deforme que se dedica a la subsistencia no más…
Aprendí muchas cosas, como por ejemplo a utilizar mis propios recursos y así lo hice. Nadie lo notó jamás…alguien abre la puerta y los pasos continúan hacia donde me encuentro. Ahora logro ver quien realmente es, trae un bastón y a duras penas consigue apoyarse al mismo. Su rostro está marchito y parece haber sufrido mucho tiempo. En cada paso que da, concluye mi agonía… No se quien es, pero me extraña. Lo siento en su voz que es más silencio y llanto que otra cosa.
El vigilante le advierte:
-No pase, se lo suplico, no pase, es muy triste, por favor…no pase.
Pero ese alguien se arma de valor y en heroica hazaña, se abre paso, camina un poco más, se detiene y con voz quebrada, por el tiempo, las angustias y las penas, afirma:
-Si, es él, mi hijo. ¿Cuándo puedo…?
-Cuando usted diga señora.
-Bien, ahora entonces.
Se escuchan pasos… de todos lados vienen lo llenan todo, me llevan… extinto, pero libre.

Texto agregado el 30-10-2006, y leído por 76 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]