¿Virtual o papel?

Vehículos capaces de llevar mensajes a través del tiempo

Que todo cambia no es novedad. Nadie ignora que la irrupción masiva de la red cibernética significó una transformación sin precedente en las comunicaciones del mundo moderno. Las bondades de las innovaciones tecnológicas se expandieron con tal prontitud que no tardó en generalizarse el concepto de “masificación de las comunicaciones” y se pronosticó corta vida a las agencias de noticias, nacidas cuando las palomas era el medio más rápido de distribución de textos. (1) Sin embargo, los malos augurios de quienes apostaron todo a prevalecía sólo de las nuevas tecnologías tardan en cumplirse, y los “dinosaurios” de papel resisten. Aunque la prensa escrita deba hacer frente y rever algunos viejos hábitos para adaptarse a los nuevos desafíos, cierto es que los dinosaurios de papel resisten. Cambiaron su estructura, mejoraron su edición, conviven “respetuosamente” junto a los periódicos digitales; y seguramente tendrá que seguir con los procesos de cambio y adaptación para poder sobrevivir a los desafíos que los avances tecnológicos imponen.

En los últimos años, en las grandes urbes, los diarios gratuitos se han afianzado. A la entrada del Metro, en las estaciones de colectivos, en las grandes plazas, es frecuente su distribución “mano en mano”. Generalmente proveen información local, sin descuidar por ello de un espacio destinado a las noticias nacionales e internacionales más relevantes del día. Ilustran el viaje de algún transeúnte y luego van al cesto. A su vez, aunque muy lentamente, la edición de algunos periódicos tradicionales sigue creciendo. China e India encabezan el puesto de los países con mayor circulación de periódicos de papel. En el país de Confucio y Mao se venden casi 100 millones de ejemplares cada día, y en la tierra de Sidhartha Gautama asciende a 78 millones superando a la superpotencia conducida por G. W. Busch en varios millones. Nada de esto sería posible sin los adictos a la lectura. Y somos muchos.

Semanas atrás, con un grupo de alumnos, asistíamos a una antigua biblioteca de Buenos Aires, la que posee una amplísima hemeroteca que abarca desde fines del siglo XIX hasta la actualidad. Y una no puede dejar de comparar y maravillarse frente a tanta información, corrección en el lenguaje, la forma de redactar, e inclusive las ilustraciones utilizadas carentes de toda contaminación o agresión visual. Hicimos una prueba de medir cuánto tiempo empleábamos en leer un periódico de la década del 60, tomado al azar y comparándolo con uno actual. La diferencia fue notoria, no sólo en cuestión de tiempo, sino en la manifestación espontánea de varios alumnos de volver a releer varios artículos del viejo periódico. Hasta las notas de humor merecían un trato especial.

Es muy posible que hoy, tanto aceleramiento nos vuelva más inestables. No obstante, sería injusto desmerecer nuestra amada computadora conectada a Internet, posibilitándonos una relación más frontal y directa entre los que escriben y leen. Las opiniones expuestas “virtualmente” están expuestas a ser tratadas por diferentes actores del proceso comunicacional de un modo más interactivo, rápido; aunque no siempre apropiado. Comentarios, críticas, reflexiones, revisión, una dinámica más testimonial y cercana entre unos y otros; a la vez, expuesta a mayores manipulaciones.

Para el escritor y periodista Jean F. Fogel “Hemos vuelto a un esquema de comunicación que existía antes de Gutemberg y la imprenta. Antes de eso, la comunicación era esencialmente oral. Y lo que se trasmitía cambiaba de boca en boca. Lo que le decía la primera a la segunda persona no era exactamente lo que se le decía a la tercera persona en la cadena comunicacional. La comunicación era precisamente inestable y provisional. (...) En un sentido, hemos retornado a la Edad Media. Y es muy interesante” (2)

Particularmente todavía conservo el placer de leer el diario de los domingos. No sé si por mera costumbre o por el deseo de informarme. Mantengo la ilusión de encontrar alguna noticia interesante, un artículo sobre algún nuevo tema que me atrape. No desisto, más bien insisto, aunque luego reniegue porque el 70 % de las páginas esté dedicada pura y exclusivamente a publicidad. Quizá llegue el tiempo en que la comunicación sea telepática y muchas de las interferencias comunicacionales desaparezcan. Ojalá.


………………………………………………………………………………


Todo cambia. Este espacio de la Columna de los días lunes también.
Hoy me pone muy feliz comentarles que desde noviembre se incorporan formalmente los amigos: Juan Martín Serrano:AZULADA y Juan Antonio Torrijo:GRAJU, enriqueciéndonos con sus aportes, presencia y amistad.
¡La mejor de las suerte a los dos!

Ha sido una enorme satisfacción continuar la línea de invitados iniciada por MCavalieri. y Carloel22.
Cada participación ha enriquecido este espacio y permitió conocernos un poco más en nuestra manera de pensar y sentir.
Seguiremos manteniendo esa línea de invitados.

¡Un abrazo a todos!

...........................……………………………………………………..


(1) En 1832 Charles Louis Havas abrió una oficina en Paris que ofrecía traducciones a periódicos y tres años más tarde contrató los servicios de un adiestrador de palomas mensajeras para una más rápida distribución de textos, lo que constituyó el nacimiento de la primera agencia de noticias del mundo. Fuente: ADEPA número 228

(2) “Cayó la frontera que separaba a los periodistas de su audiencia”
Fuente: Clarín, 22 de octubre de 2006


Maria Rosa Perea : SHOU
Buenos Aires, 30 de octubre de 2006