Heladera


La desgracia, no es siempre buena
Pero si divertida
Uno de pronto, percibe, en la dispersión
En la nada, en todos lados
Sonidos, imágenes, olores, texturas
El gusto del olvido en la lengua contorsionada
Y uno delibera si sigue así, o no es más que
Una masa amorfa que no es más que un saco de mierda y tripas
Que cree que decide qué hará esta noche
¿Y qué hará? Morirá en vida, como siempre
Como será hasta el final del escrito
O el principio de un amor,
Que es tan lejano como la locura tenue y circundante
Sólo ser lo mismo de siempre
Sin espasmos de dolor ni alegría
Que poca hay
La desorbitante situación nos mantiene en el frenetismo
¿Qué hacer si solo somos corriendo?
¿qué pasaría si nos deteniéramos?
Es por eso que los “normales” nunca están quietos
Toda una gran ilusión, desde el ser hasta la muerte
Sólo nos queda desvivirnos para dejar las ilusiones
Para dejar de ser